Un estudio estadounidense indicó que las personas pueden alargar su vida si adoptan importantes hábitos, entre ellos no fumar, tener una buena dieta, dormir bien y controlar el estrés.

La investigación, presentada en la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Nutrición, encontró que practicar ocho hábitos saludables a los 40 años se asociaba con 24 años adicionales de vida para los hombres; en las mujeres se vieron beneficios similares, con 21 años más añadidos a sus vidas.

Nos sorprendió mucho lo mucho que se podría ganar con la adopción de uno, dos, tres o los ocho factores de estilo de vida”, dijo Xuan-Mai Nguyen, autor principal del estudio y especialista en ciencias de la salud del Departamento de Asuntos de Veteranos, en un comunicado de prensa. “Cuanto antes, mejor, pero incluso si solo haces un pequeño cambio a los 40, 50 o 60 años, sigue siendo beneficioso”, agregó.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 el promedio de esperanza de vida al nacer de la población mundial era de 73.3 años, a nivel general. Pero cuando se divide este promedio entre hombres y mujeres, la media femenina es de 75 años y nueve meses contra los 70 años y ocho meses de los varones.

En todo caso, si a esto se suman los hábitos saludables recomendados por los expertos, bien se podría llegar a los 100 años.

Los ocho hábitos, enumerados en orden, comenzando por el de mayor impacto en la esperanza de vida, incluyen:

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Incluso añadir solo uno de los hábitos a su rutina parecía proporcionar 4,5 o 3,5 años más de vida a hombres y mujeres, respectivamente. Solo dos de los comportamientos agregaron siete años más de vida para los hombres y ocho años más para las mujeres.

El estudio observacional analizó las opciones de estilo de vida de más de 700.000 veteranos militares estadounidenses de entre 40 y 99 años, todos ellos participantes de un estudio de varios años de duración llamado Million Veteran Program.

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La falta de actividad física, el uso de opioides y el tabaquismo tuvieron los mayores impactos en la esperanza de vida, con un aumento del riesgo de muerte entre un 30% y un 45%, encontró el estudio.

“El estrés, el consumo excesivo de alcohol, la mala alimentación y la mala higiene del sueño se asociaron con un aumento de alrededor del 20 % en el riesgo de muerte, y la falta de relaciones sociales positivas se asoció con un aumento del 5 % en el riesgo de muerte”, se afirma en el comunicado. (I)