Hace unos 5.000 años, la mayoría de los humanos presentaba intolerancia a la lactosa. Un nuevo estudio, publicado en la revista Nature, por la Universidad de Bristol y el Colegio Universitario de Londres, llega a la conclusión de que la habilidad de digerir la lactosa se volvió común casi 5.000 años después de que los humanos empezaran a consumir leche, unos 6.000 años antes de Cristo.