“No puedes levantarte de la mesa si hay comida en el plato”. “No hay postre hasta que te hayas comido el resto”. Estas frases enseñan a los niños la idea de que hay que ‘limpiar el plato’, y puede verse como una muestra de cuidado y preocupación, pero pueden en realidad causarles una relación problemática con la comida.
Los padres y las familias a menudo asocian la cantidad de comida que ofrecen con la cantidad de cariño que dan. En las sociedades latinoamericanas, especialmente, la comida es amor. Y puede ser muy satisfactorio para un adulto ver que su niño come todo lo que le dan o consume porciones grandes, como las de un adulto. Cuando los chicos no quieren comer más, algunos padres pueden verlo como desobediencia, y castigarlos.
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Obligar a los niños a comer, aunque ya están llenos les enseña a ignorar las señales de saciedad que les da su propio cuerpo. Esto puede llevarlos a tomar la costumbre de comer, aunque ya no tengan hambre. Comer para sentirse mejor, comida reconfortante.
Un artículo publicado en la revista de la Academia Americana de Nutrición y Dietética señala que incluso la presión para comer comida sana, como frutas y vegetales, a menudo fracasa. Porque los alimentos no deberían asociarse con la presión para comer o para ayunar.
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Una actitud relajada ayuda a los niños a aprender sobre su propio apetito, la sensación de saciedad y sus gustos, y tener una sana relación con la comida.
¿Qué hacer para promover un buen ambiente en torno a las comidas?
- Divida las responsabilidades. Provea una variedad de comidas nutritivas y ricas para que sus niños las prueben. Deje que ellos decidan de antemano cuánto van a comer. Después eso puede cambiar por un poco menos o un poco más. Pero lo más probable es que haya menos desperdicio.
- Planeen y preparen comidas juntos. Los niños pueden traer alimentos del refrigerador o la alacena. Los adolescentes pueden picar y lavar vegetales y controlar el tiempo de cocción. Todos en la familia pueden pedir alguno de sus favoritos.
- Dé el ejemplo. Si los padres son buenos modelos de alimentación saludable, los niños los siguen.
- Anime, no obligue a probar de todo. La comida se asocia positivamente con el afecto cuando se comparte en un entorno de alegría y gratitud, no de presión y tensión o amenazas de castigos.
- Permita que los niños desde temprana edad digan con confianza si tienen hambre o están llenos. Si le preocupa que no están comiendo de manera balanceada, hable con el médico de los niños, o pídale que le refiera un dietista y nutricionista. (I)