El majestuoso cóndor andino, emblema nacional, podría quedar como recuerdo en el escudo donde aparece con sus alas desplegadas y levantadas en actitud de vuelo que simboliza la energía y el esfuerzo.

La especie tiene una envergadura de hasta 3 metros y pesa entre 9 a 14 kilos. Las características del macho son: cresta, ojos cafés, pliegues de piel rojizo purpureo, collar de plumón blanco.

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La hembra no tiene cresta, sus ojos son iris rojizo, plumas remeras en decoloración y también collar de plumón blanco, según datos de la Fundación Cóndor Andino.

El pasado viernes se celebró el Día Nacional del Có́ndor Andino, ave en peligro de extinción, que de acuerdo al Ministerio del Ambiente, hay 150 tras el último censo en 2018. El primero fue en 2015 y se contabilizó a 93.

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Fabricio Narváez, director ejecutivo de la Fundación Cóndor Andino, asegura que la especie puede extinguirse hasta el 2030. Por ello urgen acciones. “Quedaría como recuerdo en el escudo. Me encantaría ser portador de buenas noticias, pero no. Hay que ser francos con esto y a pesar del trabajo y el esfuerzo que nosotros hemos hecho y vemos que la batalla se está perdiendo por la apatía que tiene el Estado con respecto a lo que es conservar realmente la biodiversidad en el país”, menciona.

Roberto Sánchez, presidente de la Fundación Ecología Neotropical, calcula que existen 30 parejas de cóndor reproductoras, lo cual es insuficiente.

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“El cóndor andino tiene posibilidades de extinguirse, es un gran carroñero y son animales que sacan un polluelo cada dos años generalmente y no es fácil que se reproduzcan”, manifiesta Sánchez.

La especie no trasciende las fronteras o más allá de los 15 kilómetros de la frontera norte. “Esto quiere decir que no tienen una conexión directa con las poblaciones de Colombia y de Perú y a su vez eso se ha demostrado con los análisis genéticos, que se han llevado a cabo, que tenemos una población aislada”, dice Narváez.

El experto indica que hay otra problemática y es el accionar del ser humano y afirma que hay el incorrecto pensamiento que son los cóndores los que causan la muerte de animales de corral.

“No es así, los verdaderos causantes son los perros que deambulan sin supervisión por las áreas y atacan a los animales de corral y en el menor porcentaje suelen tener la problemática enfocada con los cóndores”, señala Narváez.

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Sánchez afirma que hay una persecución por parte de la comunidad. “La ausencia de alimentación natural está generando conflicto con el ser humano porque, por ejemplo, se está extendiendo mucho el rumor de que el cóndor ataca o mata el ganado no. Hay una persecución contra el cóndor”, explica Sánchez y añade que sí ocurren esos ataques, pero son forzados porque no encuentran la alimentación natural.

Según datos del Ministerio del Ambiente, se han reportado 90 cóndores muertos, de los cuales, 62 consumieron carroña que había sido envenenada; 18 han sido afectados por disparos de arma de fuego y diez por el tráfico ilegal.

Hay casos donde se ha encontrado el ave sin cabeza, en estado de descomposición y con signos de golpes.

“La situación es crítica. En el Ecuador se la considera como una especie en peligro de extinción. A nivel mundial se le considera como vulnerable, pero aquí la situación es sumamente grave. De hecho, debería considerárselo como en peligro crítico de extinción”, reprocha Narváez y agrega que es importante desarrollar campañas de esterilización y de educación y sensibilización sobre la tenencia responsable de perros en zonas rurales donde habita la especie.

Sánchez asegura que el cóndor es enemigo de los ganaderos y en algunas zonas hay una cacería. (I)