Ana Magdalena Bach es una mujer de mediana edad, que lleva un cuarto de siglo de matrimonio con un músico al que ama y con el cual tiene dos hijos jóvenes adultos. Es lectora. Es culta. Cada año, en agosto, viaja a una isla empobrecida a llevarle gladiolos a la tumba de su madre, mujer que decidió ser sepultada en aquel lugar.