Tocar, oler, sentir frío o calor, vivir experiencias con todos los sentidos es algo que nunca podremos tener con la virtualidad. Quienes estamos un poco cansados de hacer vida frente a un monitor, sentimos la necesidad de movernos como antes. “Pero ¡qué más queda!”, pensamos. Miramos con resignación esta realidad y pensamos qué inventarnos con tal de dinamizar un poco nuestra vida sin correr mucho riesgo.