Parece que desde ahora siempre veremos a Luis Miguel (Diego Boneta) con un vaso de whisky en la mano, pues así nos recibe en las dos primeras escenas del tercer capítulo, Suave, estrenado en Netflix el domingo 25 de abril.
Su afán por cuidar a sus hermanos menores, Álex y Sergio, entra en conflicto con su otro interés: las mujeres, pues tras finalizar su relación con Érika (Camila Sodi), ahora está con Paola, el cual se presume es el nombre ficticio para Patricia Manterola (esta pista llega cuando Sergio canta parte de una canción con la palabra ‘banana’ en la letra, que coincide con uno de sus sencillos de la agrupación Garibaldi, y le pregunta a Luis Miguel ‘cómo le va’ con esa cantante).
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A esto se suman las exigencias de su disquera, entre ellas, que haga una pausa en su trabajo en el estudio para viajar al Festival de Viña del Mar 1994, sobre todo porque mientras El Sol ha permanecido alejado de los escenarios tras la muerte de su padre, otra estrella ha surgido: Cris Valdés, nombre ficticio para referirse a Cristian Castro.
Los guionistas avanzan también en mostrar nuevas dimensiones de la relación de Luis Miguel con su hija, Michelle Salas, a quien comenzamos a ver también en dos líneas de tiempo. La versión adulta de Michelle es interpretada por la actriz Macarena Achaga, cuyo personaje ya con 18 años comienza a manifestar su interés por conocer a su padre, con quien tuvo un escaso contacto durante su infancia.
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Un grave incidente a mitad del episodio fractura la relación con Álex y provoca que Luis Miguel se enfoque de manera absoluta en su trabajo y en su siguiente éxito: Suave, producido por Kiko Cibrian.