Saltó a la pantalla con un tutú, sin que su personaje se dedicara al ballet. La interpretación de la escritora neoyorquina Carrie Bradshaw, por la actriz Sarah Jessica Parker, se convirtió en un ícono de la moda con su amor por los detalles florales, las lentejuelas, las plumas colores pasteles o neón, los tacones de aguja y los minivestidos. Ella lo se lo probó todo.