Fueron doce años de espera. Y, para ver el show de la Chica Dorada, valieron la pena. Sus paulanáticos llegaron desde temprano para ubicarse en los primeros asientos. Arribaron con carteles, camisas con frases de sus canciones y con cintillos alusivos a la artista. La mexicana Paulina Rubio se tomó su tiempo para salir a escena, y fue justo a las 23:00 (el acceso al público arrancó a las 17:00) cuando una esbelta silueta con abundante cabellera rizada y rubia apareció entre los músicos.