El Centro de Convenciones de Guayaquil se convirtió en el epicentro de una velada única e inolvidable el pasado viernes 17 de noviembre, gracias a la presencia arrolladora de María Conchita Alonso. La artista cubano-venezolana-estadounidense deslumbró a los asistentes con su gira biográfica Sin... Vergüenza, un espectáculo que rebasó todas las expectativas y dejó huella en el público ecuatoriano.

La noche comenzó con el vibrante talento de Jasú Montero, quien, desde las 20:15, animó gradualmente al público que iba llegando. El ambiente, desde el principio, se teñía de una amena expectativa, mientras las mesas recibían cocteles y copas de vino, creando un entorno distendido y acogedor. La mayoría del público, conformado por mayores de 40 años, se entregó a la atmósfera íntima que se gestaba en el recinto.

Guayaquil, 17 de Noviembre del 2023 Vida y Estilo: Centro de Convenciones; Concierto María Conchita Alonso. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

El escenario, simple pero acogedor, albergaba una banda en vivo que respaldaba la imponente presencia de María Conchita. Las luces de colores y el aire acondicionado crearon el escenario perfecto para disfrutar de un diálogo musical entre la artista y sus seguidores, todos acomodados en sus sillas.

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A las nueve en punto, María Conchita Alonso se adueñó del escenario, llevando al público a un viaje más allá de un concierto convencional. “Más que un concierto, esto es como un conversatorio con música”, expresó la artista, sumergiendo a todos en un nuevo formato que ella misma calificó como único e inexplicable.

Desde el primer instante, la energía de la artista en el escenario se hizo sentir. No fue solo un concierto, fue una travesía a través de sus memorias, sin guion, sin cortes predefinidos. La audiencia fue testigo de una narrativa íntima y genuina mientras la artista compartía sus experiencias, anécdotas y reflexiones, creando un lazo emocional inmediato con cada persona en la sala.

“Es la primera vez que se hace algo así, por lo tanto, es nuevo para todos y para mí”, compartió María Conchita, revelando la novedad y la emoción que rodeaba cada momento de la noche.

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El recorrido musical fue una travesía a través de sus memorias, desde su infancia hasta su carrera. Empezó con La loca, sumergiéndose en su trayectoria y no dejando de lado la interacción con el público. No solo dedicó canciones a personas que cumplían años, sino que también compartió anécdotas personales, como sus múltiples compromisos matrimoniales. “Cinco veces he estado comprometida porque me piden matrimonio a los tres meses de salir. Después te das cuenta y dices ‘no’”, confesó entre risas.

Guayaquil, 17 de Noviembre del 2023 Vida y Estilo: Centro de Convenciones; Concierto María Conchita Alonso. Foto: José Beltrán/ El Universo Foto: El Universo

El repertorio fue un viaje a través de su trayectoria, entonando clásicos que han marcado generaciones, desde O ella o yo hasta Acéptame como soy. Su voz, poderosa y llena de matices, inundó cada rincón del lugar, llevando a los presentes por un torrente de emociones.

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La disposición del espacio también fue un acierto. A pesar de las mesas dispuestas, hubo varias secciones donde el público se entregó al ritmo, disfrutando de pie y dejándose llevar por la energía contagiosa de la música. El ambiente se transformó en una amalgama de sonrisas, bailes y complicidad entre la artista y su público.

Daniel René, el talentoso exintegrante de MDO y compañero de María Conchita en esta gira, no solo fue un acompañante. Su presencia en el escenario complementó la energía de la noche, demostrando su habilidad vocal y su complicidad con la artista en cada canción.

Entre anécdotas, confesiones y risas, la artista reveló detalles íntimos. Compartió su experiencia con la gastronomía local, bromeó sobre su encuentro con un rico plato ecuatoriano y hasta mencionó la sorpresa de tener cuatro hombres ecuatorianos en su cuarto la noche anterior, quienes le brindaron un masaje.

Las reacciones del público fueron un reflejo de la magia que se vivió en el Centro de Convenciones. Desde lágrimas de emoción hasta vítores y aplausos ensordecedores, cada espectador se sumergió en una experiencia que trascendió lo musical para convertirse en un momento único de conexión humana y artística.

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María Conchita Alonso logró lo que pocos pueden: trascender las fronteras de un simple concierto para regalar una noche de autenticidad, nostalgia y alegría desbordante. El legado de esta noche va más allá de las melodías. Es el eco de una mujer multifacética que, con su voz y sus historias, ha dejado una huella imborrable en cada corazón presente. (E)