Hace al menos 15 años de la última visita de la artista Kiara a Guayaquil, y esta noche es el reencuentro, pues llevará al Guayaquil Country Club (Samborondón) el concierto Gran Diosas del Pop, junto con su compatriota Karina y las agrupaciones mexicanas Flans y Pandora.

“Entonces pertenecía a la (ahora desaparecida) disquera Sonorodven”, dice, haciendo memoria la cantante y actriz, que se presenta como La Descarada de Venezuela, en honor a la canción Descarado que está en su álbum de 1988 Qué bello y también en el de 2010 Como la primera vez.

“También voy a estar en Cuenca, en el Coliseo Jefferson Pérez, el sábado 12 de octubre”, agrega, confesando que ya vio cómo va la venta de boletos y quedan pocos lugares. “Estamos felices”.

Kiara es su nombre artístico, el de pila es Sabrina Gómez Delgado. “Cuando aparecí por primera vez en la disquera, me iban a soltar con el nombre de Sabrina, pero en ese momento había una italiana espectacular (Sabrina Salerno), uno de sus éxitos que pegó muchísimo fue Boys, y decidimos cambiarnos el nombre”. Le dijeron Sza Sza (como la actriz de apellido Gabor), y no la convencieron. “Otro fue Sharon”.

El nombre Kiara, en cambio, era ‘corto y pegajoso’, y más adelante supo que así se llamaba una hechicera que había vivido en su país, cerca de donde ella nació. “Entonces yo dije chévere, porque Sabrina es nombre de bruja también”.

La artista que se escapó del mundo de las leyes

En su perfil de redes sociales, Kiara anuncia en negritas que es cantante, actriz, locutora. Y más abajo, en cursiva, pone: abogada. ¿Alguna vez ejerció? Ella empieza con una historia. “Vengo de una familia donde había que tener un instrumento y una carrera, eso era lo que pedían mi mamá y mi papá. Yo estudié abogacía en la Universidad Católica Andrés Bello, estoy muy orgullosa de eso, muy buenas notas. Casi todos los años me exoneraban de tres y cuatro materias. Me gradué muy joven, cumpliendo los 21 años. Ejercí ‘par de años’ en Quintana Bran y Asociados, un bufete que está en Caracas, pero mientras eso sucedía, cantaba y actuaba, componía canciones para el Día de las Madres, el Día del Árbol, Navidad. En el colegio Santa Rosa de Lima cantaba en la iglesia. El canto siempre me ha pertenecido”.

Por eso no hizo falta mucha persuasión para que grabara su primera maqueta que le pidieron para presentarla en la compañía Sonográfica. “Yo la hice, pero no solamente la llevé allí, sino a Sonorodven. Ellos me llamaron primero, me dieron un contrato para firmar, y cuando me llamó Sonográfica, tuve que decirles que ya estaba en otro lado. Hoy tengo 35 años de carrera”.

Recuerda con cariño esa etapa en la que trabajó para el que era, según cuenta, un emporio musical y televisivo. Residente en Caracas, admite que tiene allí su burbuja. “Por supuesto, hay una situación muy compleja, social, económica y política”, resume, explicando que su trabajo y el de su esposo ha permitido que vivan sin pensar en migrar. “A quien sí sacamos fue a mi hijo, que vive desde hace nueve años en Madrid. Su futuro estaba en otra parte. Es matemático, trabaja para IBM”.

En la capital venezolana, Kiara conduce un programa en Unión Radio, el circuito más grande de Venezuela. “Es increíble, tengo la fortuna de trabajar allá, tengo plan B y plan C, pero sigo cantando. Y estoy en obras de teatro. Es decir”, puntualiza, “los 20 millones que quedamos allá hacemos lo que podemos con lo que tenemos. Yo, como abogada, lo único que aspiro es que se respete el imperio de la ley”.

Sabe que siempre se le preguntará por su país, pero mide sus respuestas. “La situación nos lleva a tener cuidado. Todo el mundo sabe lo que pasa, y cuando digo esto, la gente debe entender; yo sigo estando dentro de Venezuela, que es diferente que si viviera fuera y pudiera hablar con plena libertad”.

Una invitación para los venezolanos en Ecuador

Para la generación X y los mileniales, los recuerdos de Kiara son los videos musicales que aparecían al final de las telenovelas, en especial dos temas: Tesoro mío y Qué bello. De esa época, ella dice que extraña todo. “Ya no se hacen producciones. Los estudios están allí, sin ningún beneficio. Los canales de TV abierta tienen poca receptividad, con excepciones como el programa Sábado en la noche.

“Extraño las producciones de novelas, los concursos, esa gran cantidad de gente que se quedó sin trabajo y que tuvo que migrar. En Radio Caracas se hacían cinco o seis novelas anuales; en otras cadenas, tres o cuatro; hoy nada de eso se hace”.

Y en esa ausencia, el teatro ha sido el rescatista. “¿Sabes qué? Se han sincerado los precios. Las entradas son muy solidarias y la gente se permite ir. De hecho, tenemos una gran variedad de ofertas de teatro en el país, no solamente en Caracas; en el interior también, cosa que me agrada muchísimo. El entretenimiento es vital, y la gente ha escogido el teatro, hay un repunte interesante; los artistas ganan menos, los teatros ganan menos, pero todos trabajan, y es una plataforma importante de trabajo”.

Kiara actúa, pero la música siempre va a tener el primer lugar. ¿Alguna vez la han tentado los géneros modernos? Da una palmada y se ríe antes de contestar. “¡No! No sé si es algo generacional, pero lo urbano no lo entiendo. Con muchísimo respeto —o sin él, la verdad, no me importa como lo tomen— creo que nuestra música era mucho más rica, tal como la anterior a nosotras, Sandro, Rafael, Juan Gabriel. Esas voces, esa sonoridad impecable. Luego siguió nuestra generación, que sigue trabajando, todavía tenemos demanda”, enfatiza.

“No sé cómo se impuso la música urbana, al principio las letras eran espantosas, ahora la cosa está cambiando, pero no es rica en sus armonías, en sus melodías y en su interpretación bastante menos”. No tiene reparos en decir que tiene una lucha frontal con la música urbana. “En mi programa de radio, de lunes a viernes de 12:00 a 14:00, cada vez que suena música urbana, lo tomamos a mofa (con su compañero, el actor Rafael Romero), porque nos parece que cantan ‘aguao’, esa es la verdad”.

A los 62 años, Kiara conserva su energía y su figura. “Es el deporte. Yo hago mucho ejercicio. Eso y el chocolate son la manera de producir serotonina, además de tener una buena relación con tu esposo. Ayuda puede ser el botox, el plasma rico en plaquetas, las vitaminas. Pero lo básico es el ejercicio. Subo cerros los fines de semana, hago fitness, hago HIIT. A nuestra edad es imprescindible no perder masa muscular”, asegura mientras muestra sus bíceps.

Kiara irá a Cuenca al Konciertazo, un espectáculo con Karina. “Es mi pana de toda la vida”. Y en Guayaquil la esperan sus colegas mexicanas. “Vamos a deleitar con esa música que es, yo diría, casi clásica, porque no hemos pasado de moda. La nostalgia nos mueve, recordar tiempos mejores, y lo digo por los venezolanos: espero que estén en Cuenca y en Guayaquil”. (E)