Para la mayoría, San Valentín es una fecha destinada al amor de pareja, aunque las sociedades ya lo celebran con amigos o familia. Sin embargo, es una muy buena coincidencia para pensar un rato en el amor propio, ese que viene de la mano con la autoestima, el autoconocimiento y la autoaceptación. Quizás muchas veces sea el que cuesta más, pero es el primer paso antes que amar a otros; y nada tiene que ver con el egoísmo. ¿Qué tal autorregalarse un libro para explorar este tema?