En diversas oportunidades, sea en entrevistas o en sus talleres, el comunicador Carlos Luis Andrade ha compartido su afinidad y predisposición a la filosofía estoica. Esta corriente, que busca la felicidad y la calma a través de la virtud, la razón y la aceptación del destino, le ha permitido navegar por más de un momento complejo de su vida.
Como en su momento el público ecuatoriano pudo ser testigo, el estoicismo fue el pilar para enfrentar la pérdida de su hija Connie, apenas días después de nacida, en el 2013, y a su otra pequeña, Cayetana, desde el vientre.
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Su práctica, de hecho, viene de más atrás. Más bien, desde que era un adolescente, que de la noche a la mañana deja su natal Manabí para estudiar en Guayaquil, en un colegio diferente, en una ciudad donde no conocía a nadie. Justamente su familia también vivía una época turbulenta en lo económico y emocional. Eran mediados de la década de los 90.
“Recuerdo que conocí el estoicismo por el profesor Ricardo Valencia. Yo era el típico estudiante mediocre, no leía, solo quería pasar el año y punto”, detalla el expresentador de televisión. Incluso, recuerda, copiaba un ensayo cuando el docente lo descubrió y, a modo de reparación, lo mandó a leer sobre el estoicismo. El castigo se convirtió en la mejor lección de su vida. “Eso me quedó marcado. De ahí cuando fui estudiante de derecho ya hice estudios profundos de estoicismo”.
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Es tal el impacto de este filosofía que Andrade la ha compartido en talleres online, como hizo en pandemia. Ahora lo difunde en un nuevo formato: un libro escrito a modo de fábula y con ilustraciones, que ha titulado Bee: Un viaje fantástico de filosofía estoica.
Es el tercer título en la carrera del periodista de 45 años. Su libro es Memorias de un gordo, que fue parte de un proyecto para fomentar hábitos saludables. El segundo es Píldoras de luz, que escribió durante la pandemia y en cada capítulo recoge una habilidad enseña en sus clases de coaching.
Bee, en cambio, es una respuesta a lo que él como una ‘pandemia emocional’. “Y la solución no es más psicólogos. La solución es que la gente aprenda a gestionar sus emociones y aprenda a transitar por las adversidades que el mundo nos pone”. Su otra motivación el problema de inseguridad en Ecuador, “que no solamente se soluciona con bala a los criminales o a los narcos, y meter a la gente a la cárcel, no. Se soluciona con una educación en la virtud a nuestros jóvenes”.
En texto sigue la historia de una abeja, Abejardo, hijo de la reina madre. “Es un zángano que no desarrolla ninguna habilidad, hasta que tiene un viaje donde va descubriendo en cada capítulo herramientas estoicas para, al final, regresar como un verdadero estoico, una persona que sea capaz de alejarse de lo malo de este mundo”.
El relato está dirigido a todo público, sobre todo si están sorteando un percance o calamidad. Por ejemplo, alguien que ha perdido su trabajo, que ha sufrido una ruptura amorosa, o que esté pasando por una crisis existencial. En específico, a Carlos Luis Andrade le gustaría que quienes más los lean seas adolescentes y jóvenes. “Personas que estén en proceso de formación para que puedan complementar sus estudios, sea de colegio o universitarios, formándose en la virtud, es decir, en valores”.
Por eso escogió la fábula ilustrada, porque considera que es la forma más poderosa de transmitir conocimientos. “Los grandes libros del conocimiento están desarrollados en historias, en parábolas. En la filosofía oriental los grandes cuentos chinos se escribieron en metáforas. A través de la fábula puedo adaptar el conocimiento al problema que estén viviendo las personas puntualmente, a través de la fábula yo no le digo a la gente qué es lo que tiene que hacer, ellos lo descubren”.
Además, dice, con esta narrativa se sintió más cómodo que con las anteriores. “Siempre he tenido ese espíritu infantil, siempre he sido un gran contador de cuentos y cuando llegó a mí la idea de escribir estoicismo, me llegó como una inspiración fuerte. Mi familia, todos, pensaban que estaba loco. La fábula fue escrita probablemente en unos cuatro o cinco días”.
De esta manera, Andrade espera que los lectores se apasionen por el estoicismo y aprendan a aplicarlo en sus vidas, tal cual lo hace él. En efecto, cuenta que dos técnicas que más ejecuta son el ‘premeditatio malorum’, que implica visualizar lo negativo para prepararse mentalmente para ese tipo de situaciones, desarrollar resiliencia y aceptar con calma lo que no se puede controlar. Y el ‘memento mori’, una frase latina que significa “recuerda que morirás”. Es una reflexión sobre la muerte y en especial acerca de la importancia de vivir plenamente.
“Eso a mí me ayudó a transitar por la muerte de mis hijas, momentos muy duros. Y ahora que mi madre tiene Alzheimer, me ha ayudado enormemente. Siempre que voy a verla, hago mi última despedida, para no quedarme con esa sensación de que nunca pude despedirme si le pasa algo. Me siento preparado para la adversidad. Así me voy con paz después de estar con ella”.
Carlos Luis Andrade presentó este libro por medio de una masterclass online el martes 22 de abril. Bee: Un viaje fantástico de filosofía estoica está disponible en Amazon (formato Kindle y pasta blanda) y en el sitio web app.carlosluisandrade.com, para pedirlo en formato físico. Está respaldado por la editorial Pan House, con la que se prepara para ir a su primera Feria del Libro, en Bogotá. (E)