Cuando María del Rosario Gutiérrez celebró su primer Día de la Madre tenía 37 años y dos adorables mellizos de siete meses entre sus brazos; de este momento han trascurrido ocho años, pero lo recuerda con la misma alegría y agradecimiento. “Fue maravilloso. Fue un día de la madre donde yo me sentía muy, pero muy feliz. Recuerdo que ese día subí un posteo que yo puse, que más allá del diagnóstico médico está Dios y se lo dediqué a esas mujeres que están en la lucha por ser mamá”, rememora en un zoom con EL UNIVERSO.

‘La Nena’ vive estas fechas de una manera especial, porque lo deseó tanto, y haber cristalizado este sueño fue cerrar un capítulo muy duro para ella. “Yo me demoré siete años en ser mamá, y para mí ese día de la madre era un día muy doloroso, donde se me confundían todas las emociones y donde me sentía muy, pero muy triste”, confiesa la presentadora de Noticias de la mañana.

“Es un día demasiado sensible para mí porque me revuelve todo, la lucha, el pensar en las demás mujeres que también están en esa lucha. Y es lo eternamente agradecida de tenerlos a ellos, de que me digan mamá, de vivir esta experiencia”, agrega.

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Es por este motivo que describe a sus hijos, Nicolás y Sebastián, como un milagrito del cielo. “Son los niños más rezados, los niños más esperados”, dice de sus pequeños que hace poco comenzaron su cuarto de básica en la escuela.

“Son mi vida, no lo puedo verbalizar. Son lo más hermoso, son la consecuencia de muchos años de rezos, son la consecuencia de mi fe, de nuestro amor, de seguir juntos, de no decaer”, añade.

“Qué no hice por ser mamá”

Durante esos siete años buscó todas las formas para convertirse en mamá y a su lado siempre estuvo su esposo Andrés Paulson, apoyándola y sumándose a este anhelo, apoyado principalmente en la fe. Juntos hicieron mandas, visitaron la capilla de la Narcisa de Jesús en Nobol, hicieron la peregrinación del Schoenstatt, acudieron donde la Virgencita de la Buena Esperanza, hacían novelas, y oraban en familia, en especial con su abuelita. “Yo digo que su oración poderosa. Su meta también era verme convertida en mamá”, dice.

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En el 2013 viajaron hasta Estados Unidos para someterse a un tratamiento. “Me pusieron dos niñitos pero se hicieron ectópicos (embarazo que se produce fuera del útero y amenaza la vida de la madre). Eso fue un dolor bárbaro en mi vida... tuvieron que hacerme una cirugía porque estaba en uno de los ovarios, pero con la bendición de Dios que no perdí ningún órgano”, relata.

Tras el tratamiento fallido y todos los años de lucha, decide dejar de intentarlo. “Es un desgaste físico, emocional, económico, es durísimo. Uno se llena de esperanzas, se llena de fe”, afirma. Pero Dios tenía su promesa entre manos y a los dos años llega la mejor noticia de su vida. “Me hago el examen de sangre y nos vamos a la casa de mis suegros, y de repente me llega el correo, lo abro y decía positivo. Voy al cuarto de mis suegros, porque Andrés estaba viendo un partido de fútbol y no había nadie más en el cuarto, yo me alcé la camiseta y le dije ‘Hola papá’, él no lo podía creer. No les dijimos nada a nadie”.

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A los días su médico le confirma no era un solo bebé, sino dos, y obviamente la emoción era mucho más alta. “Yo le pedía a Dios un hijo y él me regaló dos”, siempre dice. “Yo vengo de mamá gemela. Como yo era la prima o la sobrina que se estaba demorado en ser mamá, mi familia decía que yo iba a ser la que tendría los mellizos, y así fue”, refiere.

Sus hijos nacieron un 30 de septiembre de 2015.

Una madre involucrada

María del Rosario ‘La Nena’ Gutiérrez con su esposo Andrés Paulson, y sus hijos Nicolás y Sebastián. Foto: Cortesía

‘La Nena’ siente a sus hijos como su mayor responsabilidad, y comprende que en el camino de la crianza debe tener en una mano el amor y en la otra la firmeza. Cuando existió un día donde hubo una llamada de atención o ‘repelada’, siempre busca la forma de conversar con ellos antes de dormir, para desde el amor hablarles y explicarles que no todo es permisivo. Y si como madre debe pedir, lo hace sin reparos, afirma.

Juntos como familia disfrutan de ir a la playa o ir a la piscina, y de hablar de fútbol -más cuando su esposo Andrés es periodista deportivo-. “Ellos dice que van a ser futbolistas”, dice entre risas.

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Cuentan que sus pequeños de ocho años ya están en la etapa de colaborar con las tareas de la casa. “No les quito la voluntad, pero vamos midiendo hasta dónde puede llegar esa ayuda”, expresa.

¿Cómo los diferencia? “Sebastián es el que se parece Andrés, tiene su personalidad, pero tiene mi carácter, es más sensible. Nico es igualito a mí, y se parece muchísimo a mí también en el carácter, es más espontáneo y divertido; pero tiene la personalidad del papá, que es más práctico”, responde.

“La verdad que hemos aprendido mucho en esta divertida tarea de ser padres y realmente el tiempo pasa volando”, añade la mujer que lleva dieciséis años de casada. (I)