La muerte de la reina Isabel II deja muchas interrogantes a su alrededor, su fortuna, su testamento y a quién le quedarán sus joyas. Pero es un diamante llamado Koh-i-noor, que va incrustado en su lujosa e imponente corona Imperial de Estado, la piedra que sigue causando atención, después de que la India volviera a reclamarla al Reino Unido, al considerar que fue robado de los tesoros de este país hace cientos de años.