Como un presagio o una manifestación. La primera foto que Gissela Flores, candidata al Miss Universo Ecuador 2024, subió a su cuenta de Instagram al pisar territorio ecuatoriano fue en El Triunfo, cantón donde residen sus padres.

“Si Dios me da la oportunidad de que sea yo la ganadora, será un sueño hecho realidad”, dijo para este Diario sobre la posibilidad de llevarse la corona del certamen el próximo 8 de junio, cuando la elección se realice en la ciudad de Machala.

Gissela es una de las candidatas que aprovecharon las nuevas reglas del concurso en las que ya no es requisito ser soltera para entrar a las competencia. Y su esposo, el cantante AU-D, es uno de sus mayores fanáticos.

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“Mi esposo está contento. Gracias a Dios, cuento con el apoyo de él. Me dice: ‘Mi amor, tú puedes’, y en cada proyecto que yo siempre realizo siempre cuento con su respaldo. Él es: ‘Vamos, que aquí estoy yo para empujarte y motivarte a que cumplas todos tus sueños’”, comentó con una sonrisa enamorada.

Para sus padres, los certámenes de belleza tampoco son nuevos, pues en años anteriores ha sido su madre quien supervisó directamente su vestuario y maquillaje; por ejemplo, cuando Gissela fue electa reina de El Triunfo o cuando en 2009 se coronó como virreina en el concurso Reina del Banano.

Sin embargo, cree ahora que a sus 32 años tiene un ingrediente adicional a su potencial como miss: la madurez.

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Desde el momento en que la organización la confirmó como candidata oficial, Gissela aceleró su preparación y viajó a Colombia para entrenar con un misólogo.

“Esto era un sueño para mí y ya me estaba preparando para ir al Miss Ecuador cuando salí embarazada de mi hijo Sebastián, y obviamente tomé la decisión de ser mamá, que fue la mejor decisión de mi vida y la vida me llevó por otro rumbo”, recordó. “Pero ahora que se da la oportunidad de poder participar, porque se rompieron los estereotipos, pensé que era ahora o nunca. Como siempre lo estoy diciendo en mis redes sociales: no hay límites para cumplir los sueños y aquí estoy cumpliendo uno más; ya con el hecho de estar aquí con el resto de chicas, se hizo realidad”, nos contó desde el hotel en Guayaquil donde se concentrarán hasta el día de la elección.

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Como maquilladora profesional por más una década, está convencida de que esta industria puede contribuir al empoderamiento femenino a través de la belleza (más allá de lo físico).

“Arreglarnos nos da más seguridad, nos eleva la autoestima”, afirma. Por eso, durante su reinado retomaría y potenciaría la capacitación gratuita en esa área que ya realizó anteriormente como alcaldesa de El Triunfo.

“Motivar e inspirar a otras mujeres es algo que me encanta. Que otra mujer me diga: ‘Gisse, tú me motivas a creer que sí puedo conseguir esto o aquello’ es algo que me complace escuchar, y me hace sentir orgullosa poder ser ese empuje para que alguien más pueda cumplir sus sueños”.