Alejandro Fernández hizo lo que pocos han logrado: reunir a 50 mil personas para un impresionante concierto en la Monumental Plaza de Toros de la Ciudad de México. El cantante deleitó a su público con una presentación que duró al menos tres horas, tiempo en el que hizo un repaso por su extensa carrera artística y honró la memoria de su padre, Vicente Fernández.