Benedicto XVI, fallecido este 31 de diciembre a los 95 años, fue el primer papa en enfrentarse públicamente a la cuestión de los abusos sexuales en la Iglesia. En 2022 se vio obligado a pedir perdón, a los 94 años, desde el monasterio donde vivía en reclusión.

Muere el papa emérito Benedicto XVI

Un informe había acusado al papa emérito de haber conocido varios casos de curas pederastas durante su paso por el arzobispado de Múnich, en Alemania, entre 1977 y 1982, y de haberlos tratado como era habitual, sin informar a las autoridades civiles y trasladando a los implicados a otras ciudades.

En vida, Joseph Ratzinger negó esas acusaciones y se centró sostener en sus encuentros con víctimas de todo el mundo y divulgar un mensaje de perdón, aunque también expresó que “el perdón no sustituye a la justicia”.

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Matteo Bruni, director de la oficina de prensa de la Santa Sede, confirmó a los medios el fallecimiento del papa emérito Benedicto XVI. Foto: FABIO FRUSTACI

Lamentablemente, el informe no es ligero, y contiene cientos de casos cometidos durante décadas, hasta prácticamente el presente, y responsabiliza a Benedicto y a otros líderes de esa oficina de no haber actuado e incluso de haber encubierto a al menos dos de los denunciados.

Destaca el caso de Peter Hullermann, un sacerdote que en 1980 fue trasladado a Múnich tras haber sido acusado de pedófilo y que no fue reportado a la policía, sino enviado a terapia psiquiátrica y asignado a un nuevo destino, y de allí a otro, donde siguió cometiendo abusos. Los abogados consideran “poco creíble” la afirmación de Ratzinger de que no estuvo presente en la reunión en la que se decidió ese traslado.

Ese manejo de la situación permitió que, al menos hasta 2010, Hullerman estuviera ejerciendo cargos en los que tenía contacto con menores de edad, y solo fuera separado definitivamente cuando una de sus antiguas víctimas lo identificó en una foto e involucró a la policía.

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Al ser electo papa, Benedicto XVI se convirtió en el primer papa en recibir en audiencia a víctimas de pederastia. Eso no impidió que enfrentara nuevos escándalos, como el del fundador de los Legionarios de Cristo, el mexicano Marcial Maciel, al que separó del sacerdocio, y el del arzobispo de Washington, Theodore McCarrick, que fue expulsado del Colegio Cardenalicio recién a la llegada del papa Francisco.

La lectura de expertos como el catedrático de derecho eclesástico Rafael Palomino, es que Benedicto XVI “inició la batalla legal contra los abusos”. Pero un gran sector cree que esos esfuerzos fueron demasiado tímidos.

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Joseph Ratzinger en 1982, cuando era arzobispo de Múnich, en Alemania. Foto: ERK WIRGININGS

En 2010, Benedicto prometió crear medidas para salvaguardar a los jóvenes en el futuro y traer a la justicia a los clérigos responsables de abuso sexual, y a continuación el Vaticano publicó unas guías en las que se recomendaba reportar los crímenes a la autoridad civil.

Su retiro en 2013 no terminó con sus preocupaciones. Desde el monasterio de su retiro, escribió en abril de 2019 el artículo La Iglesia y los abusos sexuales, en el que vinculaba la pederastia en el clero al movimiento de revolución sexual de mayo de 1968. (I)