Criollos, al ajillo, con salsa, maduro y el infaltable cocolón. Los cangrejeros, los verdaderos, no necesitan una fecha especial para sentarse a ‘martillar’. Van en grupos o solos, no son noveleros, de aquellos que aparecen antes de las vedas. Tienen sus lugares favoritos para disfrutar de sus ‘rojitos’ y en algunos casos se los conocen como ‘socios’ de sus huecas predilectas. Al menos así los llaman en La Sociedad del Cangrejo (avenida Miguel H. Alcívar y Víctor Hugo Sicouret), el restaurante que convirtió a este crustáceo en su preparación estrella y que recientemente cumplió 10 años de actividades en Guayaquil, con miras a expandirse a otro sector de la ciudad.