Mi misión para esta publicación era escribir sobre un plato típico de Guayaquil que se prepara en mi casa. Mientras me pasan las imágenes de los cebiches, el calentado, la resbaladera, el come y bebe, los secos y el encebollado pienso que, para cumplir con esta misión, debo hacer un viaje arqueológico a las recetas de mi abuelita Lala y mi tía Colombia. De nuevo pienso si es posible hablar de una comida típica en una ciudad que se alimenta de tantas culturas y lugares. Vuelvo a pensar si lo que comía en mi casa eran platos de Guayaquil o eran platos prestados de sus familias migrantes.