En estos momentos de su vida Ernesto Carrión admite ser un hombre feliz, lo que indudablemente es algo favorable para su vida, pero no tanto para su poesía, pues considera que la tristeza y la nostalgia son disparadores claves para la escritura de este género. “Para mí la poesía solamente puede venir de alguien profundamente infeliz, por eso es que a mí cada vez se me hace más difícil escribir poesía”.