Lo que antes era una pared vacía y sin vida ahora es una especie de carta a cielo abierto, gracias a unos de los versos de la poeta Ileana Espinel. «Yo traigo un ala azul para tu vuelo. Un mensaje de amor para tus ansias. Una voz sin pasión para tu sueño. Y una nueva esperanza para tu alma», se lee a lo largo de la pared, situada en la calle Santa Rita, a la altura de la avenida Rodríguez Bonín, al norte de Guayaquil.