The Monkey o El mono, la película de comedia de terror estadounidense de 2025 basada en el cuento de 1980 de Stephen King, llegó este jueves 20 de febrero a las salas de cine del país.

Esta adaptación cinematográfica, escrita y dirigida por Osgood Perkins, está protagonizada por los actores Theo James, Tatiana Maslany, Elijah Wood, Christian Convery, Colin O’Brien, Rohan Campbell y Sarah Levy.

Publicidad

Hay una sensación de tensión juguetona a lo largo del filme que sigue la historia de dos hermanos gemelos, Hal y Bill, quienes después de tropezar con el mono de juguete antiguo de su padre en el ático, son testigos de una serie de muertes horribles que se desarrollan a su alrededor.

Cada vez que el mono mecánico comienza a tamborilear, se derrama sangre aparentemente sin sentido a través de explosiones, decapitaciones, evisceraciones, pisoteos y electrocuciones. En un intento por dejar atrás las inquietante situaciones, los hermanos descartan al mono y siguen caminos separados a lo largo del tiempo. Sin embargo, cuando las muertes inexplicables resurgen, se verán obligados a reconciliarse para eliminar permanentemente el juguete maldito.

Publicidad

La cinta, que tiene una duración de 98 minutos, cuenta con un cameo del propio cineasta quien aparece en pantalla como el tío swinger de los chicos. James protagoniza papeles duales como las versiones adultas de los gemelos. Maslany interpreta a una madre engañada, que intenta mantener unida a la familia.

Al escribir la película, Perkins decidió darle elementos cómicos porque pensó que era más apropiado para una película sobre un juguete y quería distinguirla de otras de terror más serias sobre muñecos poseídos.

Con “Todo el mundo muere y así es la vida”, una frase recurrente en el filme, se puede resumir el corazón y el tono de este. Perkins expone la asfixiante e ineludible inevitabilidad de la muerte, solo que agrega risas absurdas y suspenso en lugar de un miedo escalofriante. Es así como el villano es la fuerza invisible pero imparable de la muerte misma, convertida en un mono de juguete espeluznante.

El estadounidense logró un buen equilibrio entre la comedia, el suspenso y el tipo de maldad que se podría decir, le ha faltado al cine de terror convencional y mainstream en los últimos años. Esos elementos, que evitaron intencionalmente la sutileza, y el uso de sangre extrema, fue un acierto para bromear sobre lo absurdo, inútil y aleatorio de la muerte. (E)