La voz de la abuela Alma Madrigal (Encanto, 2021), María Cecilia Botero, está de visita por primera vez en Guayaquil como invitada al encuentro cinematográfico Guayafest (edición Colombia), que se desarrolla en nuestra ciudad hasta el domingo 12 de noviembre.

El festival arrancó oficialmente la noche del miércoles 8 de noviembre con la proyección de la película documental Al otro lado de la niebla, del cineasta ecuatoriano Sebastián Cordero.

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Este Diario conversó con la actriz de 68 años sobre el secreto para mantenerse en la industria y sus augurios para el futuro audiovisual ecuatoriano.

¿Cómo ha sido su relación con Ecuador?

Poquita, pero la verdad no sé bien ni por qué; solo no se había dado la oportunidad. Y vine en una ocasión en que me invitaron a un programa de variedades, pero hace quince años, algo así. Y estuve en Quito.

Entonces, esta es su primera vez en Guayaquil.

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Sí, me encanta el clima, es una delicia. Porque Quito es como Bogotá: hace frío, llueve, es como gris. Pero, en cambio, Guayaquil tiene la energía del sol.

Personaje de María Cecilia Botero en 'Encanto', la abuela Alma Madrigal.

María Cecilia, ¿qué puede aprender Ecuador de la industria audiovisual colombiana?

No hay mucho que aprender. Hablando artísticamente, puede que tengamos más experiencia porque arrancamos primero; pero, si nosotros estamos logrando cosas, creo que ustedes las pueden lograr mejor aún. La experiencia nuestra les puede servir no solo para lograr lo que hemos logrado en Colombia, sino mucho más, y espero que así sea.

Con toda la tecnología de hoy, ¿cree que es más fácil volverse una estrella o quizás hay más competencia?

Depende de lo que consideremos “una estrella”. Si nos ponemos a ver a los youtubers y... ¿cómo les dicen?, ¡influencers!... Si vemos a todas estas personas que ahora se vuelven estrellas en dos días, pues, ahí parece relativamente que es más fácil ahora, si ser una estrella es ser popular durante un tiempo. Por el contrario, se puede ser una persona que construye algo y que a través del tiempo mejora. Mira, yo llevo 53 años trabajando en esto, y sigo ahí vigente. Y me invitaron a esto, lo que quiere decir que todavía existo para mucha gente sin necesidad de haber recurrido a nada de eso.

Entonces, a una verdadera estrella solo se la conoce con el paso del tiempo...

Siento que estas personas que se vuelven famosas hoy en día con esta facilidad de las redes sociales, de la inmediatez... Vamos a ver, ¿cuánto duran y cuánto perduran?, ¿qué pasa desde allí en adelante? Porque si no hay formación, si no hay debajo nada que te sostenga, creo que todo pasará muy rápido.

¿Y qué elementos serán claves para las actrices jóvenes que hay apenas y pueden aspirar a tener una trayectoria como la suya?

Primero que todo, hay que tener claridad en que esto no es fácil, que a veces lo más fácil de todo es llegar a ser el protagonista o la protagonista, pero el tema es cómo me sostengo allí, cómo en vez de bajar sigo subiendo. Y la clave es la perseverancia, la disciplina, la pasión y entender que uno se va a caer muchas veces, que le van a cerrar muchas puertas, que uno va a llorar mucho, que se va a decepcionar mucho, pero lo único es levantarse inmediatamente, agarrar fuerzas y echar para adelante. No hay de otra.

¿Tuvo de esas caídas en su trayectoria?

Claro, tuve muchas caídas. Pero lo que siempre digo es que lo importante no es no caerse, porque todos nos vamos a caer; el tema es que, si tú te caes y te quedas en el piso, te pasan por encima. Entonces, si te caes, levántate cuanto antes y no permitas que te pisoteen o te pasen por encima. Acepta la caída y levántate.

¿Cuán encantador fue ser parte de Encanto?

Todo fue en plena pandemia, conmigo encerrada en mi casa. Y me llega un día un casting al que primero había dicho que no, porque como era en inglés y hace mucho no hablo inglés... Pero meses después me volvió a llegar por otra persona y, cuando vi que era lo mismo, sentí que no era una coincidencia, así que decidí hacerlo; no perdía nada, porque igual estábabamos encerrados, y la envié. Y me respondieron a los dos días diciéndome que los directores querían hablar conmigo, y recién allí supe que era para Disney y que era una película inspirada en Colombia (...). Me dijeron que les gustó mi voz; me hicieron jurar sobre la Biblia (risas) que no le contaría a nadie sobre el proyecto, y así fue.

¿Qué quiso impregnar en la abuela de Mirabel?

Hice todo el trabajo desde Bogotá. Estuve sola en un estudio, me dirigieron virtualmente y tuve esa oportunidad de hacer algo distinto. De la abuela me gusta todo porque es muy colombiana, creo que muy latina en todos los sentidos. Y yo junté a mis dos abuelas. Yo tenía una abuela que era terriblemente horrible y la otra que era amorosísima, y Alma (su personaje) tiene las dos cosas. Esa rigidez y el ser esa mujer echada para adelante, fuerte y al mismo tiempo un corazón sensible, amoroso. Entonces, junté a mis dos abuelas y con ellas formé mi personaje.