Luego de que Ben Affleck entregara la caracterización de un Batman superiormente fornido, casi fiel al que presenta el grueso de las historietas sobre el ‘hombre murciélago’, y mucho después de que Christopher Nolan recreara la que muchos consideran la mejor saga del Caballero de la Noche (con Christian Bale a la cabeza), los críticos se preguntaban ¿qué queda por mostrar del superhéroe de capa negra?
La respuesta es sencilla: recrear un personaje mucho más oscuro que el de sus antecesores.
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Toby Emmerich, presidente de Warner Bros. Picture Group, dijo que la dificultad que enfrenta cualquier cineasta es “crear un Batman que sea atractivo, dinámico y emocionante, pero diferente a todo lo que hemos visto antes. ¿Quién puede reinventarlo? ¿Quién puede encontrar una sensibilidad que no haya sido explorada ya?”.
Esa hazaña llevó al estudio a Matt Reeves (director de Cloverfield, El amanecer del planeta de los simios y La guerra del planeta de los simios). “Él es un constructor de mundos”, dijo Emmerich. “Sus películas tienen un peso y una oscuridad, pero todavía hay una sensibilidad popular”.
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La visión del director Reeves sobre el héroe de DC Comics, a cargo de la estrella de Crepúsculo Robert Pattinson, es brutal, dice Peter Debruge, crítico de Variety.
“No fue para nada lo que esperaba, lo digo en el mejor sentido posible. No es solo una nueva historia, sino una extensa saga criminal al estilo del cine negro, de tres horas, que se adentra aún más en la psicología y la sociología del superhéroe que en The dark knight (2008)”, explica Debruge, quien es editor en jefe de la crítica de cine en la publicación mencionada.
En sus palabras, “lo que hace que la película sea tan genial es su voluntad de desmantelar e interrogar el concepto mismo de los superhéroes”. Para Debruge, Reeves despoja al género de sus elementos sobrenaturales (incluso más que la trilogía de Nolan, dice) e introduce una versión más compleja de un héroe pulp clásico que, moralmente hablando, está a una distancia mínima del malo de la historia.
“Mientras que estas películas generalmente se definen por sus villanos, The Batman se mete debajo de la piel al preguntar: ¿Qué pasa si los buenos no son realmente los buenos? ¿Qué pasaría si la persona con la que contábamos para protegernos pudiera estar empeorando la situación?”.
La oscuridad en The Batman es omnipresente y literal, coincide A.O. Scott, de The New York Times. Desde la ambientación (la película arranca la semana después de Halloween) hasta la personalidad del enmascarado nocturno. “Las encarnaciones en pantalla del personaje han sido purgadas de cualquier rastro de alegría o travesura. Lo conocemos como un vengador inquietante”, señala el experto cinéfilo y crítico literario.
Similar a Debruge, Scott opina que el Bruce Wayne de Pattinson se someterá al escrutinio de la audiencia al cuestionarse si en realidad no estaremos equivocados con Batman, o él más bien está equivocado acerca de sí mismo. “No puedo decir que la pasé bien, pero terminé en un lugar donde no esperaba estar: esperando con ansias el próximo capítulo”, puntualiza Scott.
“A menudo parece tener más en común con las sagas de asesinos en serie como Se7en y Zodiac que con cualquier cosa en el Snyderverse o el Universo cinematográfico de Marvel. El futuro de Batman ha llegado con una fuerza estremecedora, para bien o para mal”, complementa David Ehrlich, de Indie Wire.
En palabras de Ehrlich, la mejor parte de este Batman pertenece a otro género por completo, ya que Reeves evita obstinadamente la trama habitual en favor de un misterio de asesinato duro en el que resulta que el detective más grande del mundo es un multimillonario muy torturado con una inexplicable fobia a murciélagos.
“Son esas breves (y muy raras) escenas de acción las que mejor ilustran el desafiante enfoque anti-blockbuster de la película, ya que Reeves los diseña con un énfasis mucho mayor en la emoción de los primeros planos que en el resultado final de la pantalla grande”.
Una idea parecida comparte David Rooney, crítico de cine jefe de The Hollywood Reporter. “La película de Reeves enfatiza la comprensión de que en algún momento, alguien (probablemente Christopher Nolan) decidió que las películas de Batman ya no deberían tener destellos de humor. Pero, en ningún momento durante el considerable tiempo de ejecución, de tres horas, divagó mi atención”.
Para el veterano, lo divertido viene por la emoción y el estremecimiento de tomas como la persecución electrizante en un puente en el que el Batimóvil soporta explosiones y un muro de fuego como un automóvil de alto rendimiento. También por la tensión sexual, en el peligroso encanto entre Batman de Pattinson y Selina Kyle de Zoë Kravitz, “una criatura escurridiza de la noche con un vestuario fetichista de goma, formidables movimientos de kickboxing y una agenda de venganza que la coloca en el camino de convertirse en Gatúbela”.
Reeves ofrece una gran película, asegura Rooney. ¿Extiende la definición de escapismo en sumergirnos en una ficción que refleja el cinismo tóxico que impregna nuestra realidad del siglo XXI? Quizás. “Pero este estudio ceñudo sobre el crimen y el castigo está meticulosamente elaborado, una narración vívidamente habitada con una visión coherente y reflexiva, y eso lo convierte en un entretenimiento muscular”.
Hasta hace un día, el sitio Rotten Tomatoes, de revisión y reseñas para cine y televisión, calificó con 91 % de votos positivos al filme, considerando que es un “supernoir sombrío y apasionante, The Batman se encuentra entre las salidas de acción en vivo más sombrías, y más emocionantemente ambiciosas, del Caballero de la Noche”.