Desde el 2001 la saga de Rápidos y furiosos ha sido imparable. Desde el inicio trataba sobre carreras callejeras, pero poco a poco iban involucrando escenas con autos que se mueven a velocidades vertiginosas, más otros ingredientes que también incluye rutinariamente espionaje de alto riesgo, tiroteos de grado militar, atracos bancarios multimillonarios y villanos que quieren aniquilar a quienes se les oponga. Últimamente tienen más parecido con filmes de James Bond o Misión imposible.