No nos dimos cuenta de cuánto ha pasado ya. Cien años es mucho tiempo, pero noventa y nueve no parece tanto, y es esto lo que recordamos en esta fecha de la muerte, aún rodeada de misterios, de nuestro Medardo Ángel Silva, de su Jean d´ Agréve, seudónimo bajo el cual el mismo poeta paseaba por las calles de la Perla, cuando se alimentaba del ambiente nocturno y de los fantasmas que solo aparecen cuando nos vence el sueño. Y es que todos tenemos algo de Medardo, sin importar cuánto tiempo nos separe de él.