El sorprendente triunfo de Colombia sobre Alemania, la caída -con 4 goles recibidos- de Brasil ante Senegal, la increíble invencibilidad de Argentina, el radical cambio de estilo de Uruguay y el magnífico presente de Ecuador son los picos máximos de esta cordillera que ha sido la doble fecha FIFA de selecciones, con subidas y bajas. Como prólogo: aquello de “son partidos amistosos” o “no le ganó a nadie” no va más. Todos juegan con seriedad y entrega máxima, cada futbolista se juega el puesto en la selección. Y si bien hay niveles diferentes de potencialidad, cualquier equipo se planta bien y da combate.
La mejor medicina del mundo es ganar
Debemos comenzar por Colombia por sus dos victorias (1-0 a Irak en Valencia, 2-0 a Alemania en Gelsenkirchen). Correcta la primera, espectacular la segunda. Por el resultado, pero sobre todo por el juego, sólido, convincente, enérgico, dinámico. Salió a jugar en campo alemán, poniendo seis y siete efectivos en ese sector, a apretar bien arriba, a atacar. Fue muy superior. Es seguramente la selección de mayor evolución considerando la Eliminatoria anterior. Sin dudas se ve la mano de Néstor Lorenzo. Se la vio moderna a Colombia, con un fútbol muy actual, mucha intensidad y rapidez de desplazamientos. Y ataque, nada de esperar. Colombia parecía Alemania. Y viceversa. Un golazo de cabeza de Luis Díaz y un penal de Juan Guillermo Cuadrado (la figura) le dieron una victoria rotunda. Después de un Mundial de espanto, Alemania goleó a Perú 4 a 0, pero ahora venía de perder ante Bélgica (2-3) y Polonia (0-1) y de empatar con Ucrania (3-3). En el palco, Rudi Völler se agarraba la cabeza. Desde el Mundial de Rusia 2018 está en un momento penoso la Selección alemana. Es un problema de talentos: no hay. En marzo de 2021, jugando en Duisburgo, Alemania cayó ante Macedonia 2 a 1 y vio peligrar su pasaje al Mundial. Este lunes Inglaterra goleó 7 a 0 a Macedonia.
El City se da la mano con la gloria
Brasil sigue con piloto automático. Con el interino Ramón Menezes venció primero a Guinea 4-1 y luego cayó feo ante Senegal por 4 a 2. Los medios brasileños aseguran que el contrato con Ancelotti ya está acordado. Llegará entre junio y julio de 2024. Se perdería los primeros 6 encuentros del clasificatorio y no se sabe si dirigirá al equipo en la Copa América de Estados Unidos, que comienza el 20 de junio. Es una jugada extraña, pero quieren a un número uno y Ancelotti lo es. Y confían en que el tremendo potencial de su plantel disimulará la falta de un entrenador definitivo. Están Vinicius, Rodrygo, Casemiro, Marquinhos, Richarlison, Paquetá, Militão, en septiembre se espera la reaparición de Neymar… Hay material de sobra.
Argentina, sin Messi (se notó la ausencia del genio para abrir brechas), tuvo que esforzarse para vencer a Indonesia 2-0. Una Indonesia muy animosa, que es más de lo que esperábamos, pues uno mira su ranking -149º- y espera otra cosa. Pero bien. Lo notable es la seriedad con que encara cada juego la Albiceleste, producto de la exigencia y el espíritu competitivo de Lionel Scaloni. Jugador que entra deja la piel, busca ganarse un lugar en el once campeón del mundo. Argentina ha perdido un solo partido de sus últimos 47, ante Arabia Saudita. Alguien puede decir “bueno, son amistosos”, pero la Copa América y el Mundial no eran amistosos, y los ganó. Una sola derrota en cuatro años es un récord muy convincente. Y continúa renovando Scaloni. Es su enorme mérito, la valentía para convocar nuevos. Ya ha hecho debutar a 44 jugadores. En esta doble fecha tuvieron su bautismo dos chicos de 18 años: Alejandro Garnacho (Manchester United) y Facundo Buonanotte (Brighton). En su gestión, el técnico les dio estreno a Dibu Martínez, Cuti Romero, Nahuel Molina, Rodrigo De Paul, Alexis Mac Allister, Enzo Fernández, Julián Álvarez, Lisandro Martínez, Gonzalo Montiel, nueve que serían campeones mundiales como titulares o jugando varios partidos. Un mérito fantástico del DT, habla de que armó un equipo totalmente nuevo, suyo. Sigue refrescando el plantel porque sabe que para el próximo Mundial faltan tres años. Necesitará de esta sangre joven.
Y llegamos a Ecuador. “Sánchez aprueba el primer examen”, titulamos tras la victoria sobre Australia en Melbourne. Habíamos visto un buen Ecuador, sin embargo, esta doble salida de junio supera aquello. Sobre todo, este 3-1 sobre Costa Rica. Primero, para situarnos: la única vez en la historia de los Mundiales que tres campeones del mundo coincidieron en un mismo grupo fue en 2014, Uruguay, Italia e Inglaterra compartieron zona con la minúscula Costa Rica. Todo el mundo dijo “Uuuuuuhhh… la van a hacer papilla”. Los ticos ganaron la serie de manera invicta, con triunfos sobre Uruguay e Italia y con empate a cero frente a Inglaterra. Y se volvieron a casa en cuartos de final sin haber perdido un partido. Por si a alguien se le ocurre “sí, pero a Costa Rica”…
La calificaríamos como una actuación “redonda”, lo que equivale a decir soberbia, sin fisuras. Todo funcionó. Ecuador no tiene un arquero excepcional, posee tres normales, pero nadie piensa en ellos porque ni les llegan: la defensa garantiza. Ecuador tiene centrales hasta para vender. A los dos titularísimos -Félix Torres e Hincapié-, que dejaron en el banco a un zaguerazo como Robert Arboleda, se agregó William Pacho, y ya es imposible sacarlo. Y ante Costa Rica apareció Realpe, toda una revelación. Cinco de máximo nivel, por potencia física y determinación. Llegan a todas.
En la banda derecha, una fiera: Ángelo Preciado. Preguntamos: ¿para qué tanto embrollo con Byron Castillo si está Preciado? El mediocampo es un cheque al portador y también le sobran nombres, Gruezo es titular, Jhegson Méndez, cuando vuelva, también, Moisés Caicedo, pero ante los costarricenses vimos un jugador revelación: Jordy Alcívar, buen distribuidor de juego, con pase seguro, inteligente, con quite y movilidad. Veintitrés años, aparición interesante. Y en ataque… si bien el ataque tiene UN delantero, ¡qué delantero! Enner la agresividad, la viveza, la ambición y el olfato del goleador. El afán de los medios y los laterales, incluso de los zagueros, compensa la falta de ofensivos. Igual, hay que seguir buscando en esa zona.
Alguien, no sabemos exactamente quién, logró insuflar al futbolista ecuatoriano dos elementos clave en los éxitos: MÍSTICA y COMPROMISO. Son las dos grandes virtudes que se encuentra Félix Sánchez apenas llegando a Ecuador, como quien se encuentra en el suelo un billete premiado. En ese contexto de amor a la camiseta, entrega y capacidad hay un abanderado: Pervis Estupiñán. Un jugador fenomenal, el sueño de cualquier entrenador. Todoterreno, apasionado del fútbol. Seguro que cuando el árbitro hace sonar los tres pitazos finales Pervis se amarga. Él quisiera seguir jugando. Llega a todas, quiere ganar todos los partidos, es solidario, si no está en el gol lo propicia, lo provoca. Opinión del periodista: hoy Estupiñán es el mejor lateral izquierdo del mundo, junto a Alphonso Davies. Más atrás, el italiano Federico Demarco, del Inter. No hay otros de ese nivel. Pervis es marcador y extremo, las dos funciones juntas. Hace tiempo no se ve un carrilero con tanta eficacia para defender y atacar. Físicamente es una máquina y si no apagan las luces del estadio, sigue corriendo. ¡Y la garra para luchar cada pelota! Es el alma de este Ecuador que gusta. Su contagio y sus ganas son el símbolo de esta selección.
(O)