Hoy ya no podemos hablar del deporte guayaquileño en presente, porque no existe; murió hace rato. Esa nada absoluta (no hay asociaciones por deportes ni torneos ni entrenadores ni deportistas) le cuesta al Estado ecuatoriano casi $ 11 millones anuales. Un legislador pidió hace más de un mes al Ministerio del Deporte la intervención en la Federación Deportiva del Guayas, pero el ministro Andrés Guschmer no ha dicho nada porque anda en campaña electoral: aspira a ser legislador. Un día, por los chaquiñanes, va a chocar con la bicicleta de su antecesor, Sebastián Palacios, quien también usó el ministerio para labrarse una base política. ¡Arribismo político puro!