No puedo abstraerme de la realidad dolorosa por la que atraviesa la Federación Deportiva del Guayas luego de leer el valiente reclamo de mi colega Frank Maridueña en su columna del pasado viernes. La antes gloriosa Fedeguayas pasa por el momento más grave de su historia. Padece cáncer terminal, COVID-19 y dengue hemorrágico. Pretendieron reanimarla con una intervención cesando a quienes la llevaron a ese grado de postración, pero los respiradores no funcionaron porque salieron de la Secretaría del Deporte y estaban en mal estado, algo común en este Gobierno.