Fue un movimiento lento, casi imperceptible como la rotación y traslación de la Tierra, pero las placas tectónicas del fútbol se han corrido y las masas inferiores se fueron acercando a la corteza superior. Una semana atrás, en Madrid, Venezuela le asestó un cachetazo a Argentina (con Messi): fue un 3 a 1 con superioridad futbolística clara. No tan lejos de allí, en su pequeño coliseo Josy Barthel para 8.054 espectadores, Luxemburgo derrotaba a Lituania 2 a 1 por la Eliminatoria de la Eurocopa. No es que Lituania sea una potencia sino la diminutez luxemburguesa la que torna llamativo el resultado.