Soy de esas personas que prefieren su chicle con azúcar. Al juzgar por lo visto en el programa Kid in a candy store, no estoy solo. Adam Gertler recorre Estados Unidos armado de su fascinación por los dulces.

En su continuo viaje visita locales comerciales y fábricas donde confeccionan alimentos y productos para aquellos paladares que se dejan llevar por las creaciones con cubierta de chocolate y rellenos azucarados.

A ritmo acelerado, el programa se desarrolla de manera similar a otros realities culinarios. Sin sorpresas, su conductor llega a cada pueblo y ciudad en busca de un manjar específico; conoce a sus creadores, habla de las bondades del producto y sus cualidades diferenciadoras mientras prueba una muestra infinita de caramelos y chocolates con el fin de regresar al espectador a una época cuando no le temían a las caries.

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Si bien existen otros programas en esta categoría, Kid in a candy store no posee aquel elemento que eleva a otras producciones, un conductor carismático. Gertler no despierta simpatía alguna durante sus distintas presentaciones.

A pesar de su esfuerzo y desenvolvimiento ante las cámaras, no consigue transmitir los sabores y sensaciones de lo degustado, brindando una aventura insípida entre tantas golosinas y galletas acarameladas.

Con Gertler a la cabeza, Kid in a candy store no logra impactar con su propuesta, aun cuando maneja una temática que parece universal. A este chicle le falta azúcar.

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(*) El espacio se transmite los miércoles, a partir de las 22:00, por Fox Life.