Un cebiche de cangrejo, unos camarones apanados con salsa de cangrejo y una sopa del mismo crustáceo, que recibió de ‘ñapa’ (como asegura se dice en su natal Colombia a la yapa), deleitaron al mediodía de ayer al actor Julián Arango. Fue su almuerzo y él quedó tan satisfecho, que una vez concluida la ingesta resaltó la frescura de los mariscos y el sabor ecuatoriano. “De los mares es lo que más me gusta”, anotó mientras se ponía unas gafas para, de cierta manera, ocultar el cansancio de las últimas jornadas.

Llegó hace dos días para participar en el Festival Internacional del Humor, que se desarrolla desde el jueves en el Teatro Sánchez Aguilar. Entonces se presentó la venezolana Mimi Lazo y ayer el dominicano William Díaz. Arango actúa hoy y, al igual que sus antecesores, lo hará con un monólogo, titulado Nidea.

Es su primera puesta en escena en solitario, dijo. Antes con un amigo, el actor Antonio Sanint, presentó la obra Ríase el show y aunque en Nidea también improvisa, su propuesta lo lleva a descubrirse, pues el 99% es su realidad.

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“La concebí tras darme cuenta de que en mi vida he hecho lo que la gente ha querido. Era publicista y me dijeron que hiciera un casting para un seriado. Lo hice y me quedé porque vino un papel y luego otro. Ellos me dicen qué hacer y convencen. Por eso los llamo La Secta”, explicó Arango sin precisar quiénes eran “ellos” o tal vez sí, porque “ellos” son todos los que han tenido que ver con su carrera.

Sus palabras parecían broma o unas líneas del libreto de Nidea, pero él, vestido con una camisa de color rojo intenso, se mostraba serio. Fueron, agregó, los cuestionamientos del por qué los otros tomaban decisiones por él que lo llevaron a crear el monólogo. “Improviso e involucro al público. También me sincero y cuento mi historia”.

Amante de los riesgos y el cambio, Arango comentó que tras incursionar como actor en la TV, el teatro y el cine quiso dirigir. Se fue a Barcelona y estudió dirección cinematográfica y hasta estuvo al frente de la versión colombiana de la comedia Cámara café, “pero no, lo mío es actuar”.

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De la actuación señaló disfrutarlo todo, en especial el teatro porque se siente vivo. Tiene el fracaso y el éxito juntos. “La responsabilidad de un monólogo es mayor, y a mi vida le sienta bien el riesgo. Cuando estoy relajado y sé cómo hacer las cosas no experimento ni aprendo”.

El actor colombiano dijo estar agradecido por los personajes que ha interpretado. Por el del modisto Hugo Lombardi, en la telenovela Yo soy Betty, la fea, ha sido mayormente reconocido, admitió. “(La producción) estuvo en 52 países, fue un boom y cambió los parámetros de hacer televisión. La historia fue divertida, pero también humana por lo que vivió Betty y han vivido muchos hombres y mujeres por ser rechazados”.

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En unos países gustó Lombardi, en otros Antonio Brando, personaje de Perro Amor, y “en Panamá, Gaudaña, de El cartel de los sapos”.

Esta noche

La presentación de Julián Arango en el Festival Internacional del Humor se inicia a las 20:30.

Las entradas cuestan $ 60, $ 45 y $ 30. El Sánchez Aguilar está ubicado en el km 1,5 vía a Samborondón.

La anterior visita del actor colombiano fue en el 2003. Vino con la actriz venezolana Ruddy Rodríguez para promocionar la telenovela El Inútil. También integró los elencos de Amas de casa desesperadas, Las muñecas de la mafia e Infiltrados.

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Julián Arango es padre de una niña, concebida en segundas nupcias (no reveló el nombre de su esposa). Él estuvo casado con Ana María Orozco (Betty, la fea) de quien se divorció.