Dice que los reinados no le atraían, ¿por qué decidió participar?

Cuando yo gano el Miss Universo, a los 22 años, ya yo era ejecutiva de cuentas en una agencia de publicidad. Yo nunca quise ser reina de belleza. Yo era una de las personas que estaba en contra de los concursos, si podía llevar una pancarta a los concursos la llevaba, pero Dios transformó mi vida y puso el concurso ahí y la oportunidad de realizarlo.

Publicidad

¿Qué le enseñó su intervención en el reinado?

El concurso se convirtió para mí, mucho más el Miss Universo, en mi máster de publicidad. Yo quería estudiar en los Estados Unidos, yo quería sacar un máster en comunicación, y el Miss Universo lo fue. Lo que quiero decir con esto es que yo no fui una reina, yo era una ejecutiva de cuenta que logró una corona, un reinado.

El Miss Universo ha variado mucho sus reglas. ¿Qué opina de la participación de candidatas transgéneros?

Publicidad

No sé si está ya aprobado, no estoy muy al tanto de todo lo que dicen. Yo creo que toda persona merece respeto, merece que se le den oportunidades en diferentes áreas. Lo que considero es que de repente existen ciertas actividades o ciertos eventos que ya tienen una forma.

Entonces, ¿cree que no deberían ingresar como concursantes?

Yo sería de involucrarlos más que en el evento que ya existe en hacer uno quizás para ellos en específico. Uno paralelo, para no quitarle la esencia a lo que ya se creó y que tiene tantos años impuesto. Pero con el mayor respeto eso no quiere decir que no puedan participar.

¿De ganar un transgénero el concurso, representaría este a la belleza de las mujeres?

Yo creo que lo que va a representar es al grupo que está representando en ese momento. Representaría a ellos, no puede representar a todas las mujeres en general. Son cosas aparte.

La belleza es un punto vital para las mujeres, ¿cómo se logra conservarla?

Creo que las mujeres hoy en día son esclavas de su belleza física. Ocultan sus edades, no viven su momento, quieren parecer de 21 cuando tienen 40 o 50 y se están perdiendo la bendición de vivir su edad, su década, su tiempo.

¿No está de acuerdo con ser esclava de la belleza?

Yo creo que eso es algo que no nos lo podemos permitir. La esclavitud ya pasó y la mujer hoy en día vuelve a ser esclava de sí misma, poniéndose diferentes cosas en el cuerpo para lucir de una manera u otra. Todo eso es para un tiempo, pero eso no es permanente.

¿Cómo logra Bárbara estar siempre en forma y radiante?

Primero siendo sana interiormente (...) cuando eres sano interiormente, cuando buscas ser mejor cada día sin competir con nadie, si no competir contigo mismo hay algo que te nutre y te da la hidratación hasta de tu piel.

Pero los años no pasan en vano...

No me gusta la cirugía, no estoy de acuerdo con nada de implantes ni nada de eso (...) pienso envejecer naturalmente. Pero creo mucho en la nutrición interna, de tu mente, de tu ser interior, esa es la verdadera belleza, no lo que está afuera, lo de afuera se nos va a ir, un día vamos a desaparecer. Pero si verdaderamente somos personas que tenemos una conexión con Dios vamos a trascender y vamos a tener una vida eterna.

Ya pasaron cinco años desde su última visita al país, ¿qué la emociona en cada regreso?

Lo que más recuerdo es la calidad de su gente. Aquí tengo amigos, aquí tengo gente que me quiere. Siempre me han tratado como en mi propia casa. Me siento muy apreciada, muy querida y Ecuador definitivamente es parte de mi historia, de mi vida y les agradezco muchísimo. Quiero agradecerles mucho que siempre han sido tan especiales conmigo. Me hacen sentir en casa.