El paso de Ricardo Patiño por la función pública en el Gobierno de Rafael Correa ha estado signado por los escándalos y los cuestionamientos a sus actuaciones políticas.
No obstante, este político que alguna vez pensó en ser sacerdote mantiene incólume su espacio de poder junto al mandatario, quien incluso ha dicho varias veces que por él, Alexis Mera y los hermanos Alvarado metería “las manos al fuego”.
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Patiño ha ocupado cuatro carteras de Estado en cinco años. Primero estuvo en el Ministerio de Economía, luego en el del Litoral, después fue ministro coordinador de la Política y ahora es canciller.
A la par, hasta noviembre del 2010, ejerció la secretaría ejecutiva del movimiento Alianza PAIS (AP), del cual fue uno de sus fundadores. Galo Mora lo reemplazó tras la convención nacional de la agrupación.
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El primer escándalo que protagonizó Patiño ocurrió a los pocos meses del estreno de Correa en el poder.
En mayo del 2007, un exasesor del régimen, el fallecido Quinto Pazmiño, divulgó los llamados ‘Pativideos’ sobre una supuesta especulación financiera en el pago de intereses de los bonos Global 2030 en los que aparecían Patiño, representantes de Abadi & Co. y el ex ministro Armando Rodas.
El caso fue investigado por la Fiscalía General, que desestimó las denuncias meses después.
El desaparecido Congreso Nacional censuró a Patiño por supuesto peculado, colusión y traición a la Patria; sin embargo, él no renunció. Correa dijo entonces que “Patiño estaba más ratificado que nunca...”.
A raíz de ese caso, el mandatario creó el Ministerio del Litoral y lo designó como titular. Desde ese puesto, se hizo cargo del manejo político de la Costa. Allí duró cinco meses.
En diciembre del 2007, coincidiendo con la instalación de la Asamblea Constituyente de Montecristi, pasó al Ministerio Coordinador de la Política.
Patiño era parte del buró político que, todos los martes, se reunía en Manta para debatir el contenido de la Carta Magna que se estaba construyendo.
Tanto sus coidearios como la oposición denunciaron que el funcionario manejaba un grupo de asambleístas a los que daba instrucciones por teléfono.
Al mismo tiempo, como cabeza del movimiento, fue señalado por varios dirigentes –incluyendo a los hermanos del presidente, Fabricio y Pierina– de poner “a su gente” como candidatos manipulando las elecciones primarias que se realizaron a principios del 2009.
Pero las más fuertes críticas las ha recibido como titular de la Cancillería, cargo que ocupa desde inicios del 2010.
Así, por ejemplo, el sector empresarial ha considerado como desatinado su manejo de la política comercial del país, especialmente en las negociaciones de acuerdos con la Unión Europea, Estados Unidos y otros mercados.
Internacionalistas también cuestionaron que haya desconocido el peso de organismos como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su apoyo a regímenes calificados como “antidemocráticos”, como Irán y Siria.
La más reciente polémica surgió tras el hallazgo de 40 kilos de cocaína en la valija diplomática que llegó a Milán, Italia. El canciller ha deslindado su responsabilidad y acusó a la prensa de llevar adelante un “linchamiento mediático”.
Por este último caso, asambleístas de Sociedad Patriótica y del MPD anuncian el inicio de otro juicio político.
Para el legislador César Montúfar (Concertación), la gestión de Patiño en los cargos que ha tenido no ha sido relevante.
“No es un gran economista ni diplomático, no tiene un perfil profesional brillante... En la Revolución Ciudadana no cuentan los méritos profesionales, sino las lealtades. Patiño cumple con ese requisito”.
Su función principal, dice Montúfar, ha sido la de ser el “operador político” de Correa.
“Por estar desde el inicio, Patiño debe conocer las interioridades del proyecto, debe tener información que podría resultar incómoda para el presidente sin llegar a salir a la luz”, dice Montúfar, quien encabezó una protesta contra el funcionario para exigirle que tome una licencia mientras se investiga el caso de la ‘‘Narcovalija’’.
La legisladora gobiernista Viviana Bonilla, en cambio, cree que el hecho de que a Patiño se lo haya vinculado con escándalos no significa que sea responsable de ellos.
Y considera que en todas sus funciones ha cumplido un gran papel haciendo, incluso, “muchos sacrificios personales”. “El canciller ha sido una persona leal con el presidente y el proyecto político. Por eso la militancia lo reconoce y lo respalda”, opina la legisladora.
Santiago Basabe, catedrático de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), señala que Patiño se mantiene junto a Correa porque es “una cuota importante en el Gobierno”, no tanto para “pensar” la estrategia política, sino para movilizar grupos sociales y clientelas electorales.
“El presidente lo ratifica porque lo necesita, más aún en época electoral”, señala Basabe, aunque no descarta que, para refrescar el gabinete, el mandatario decida moverlo a otro espacio, que podría ser una candidatura u otro ministerio.
Detalles: Cercanías
Inteligencia
El hermano del canciller, Raúl Patiño, ha sido director de varias campañas electorales de Alianza PAIS en Guayas y actualmente ocupa la Secretaría de Inteligencia.
Quinto poder
La presidenta del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social (CPC), Marcela Miranda, fue una de las principales directivas de la cooperativa de ahorro y crédito De Todas que fue fundada por Patiño.