Conoce al presidente Rafael Correa “de toda la vida”. ¿Compañeros de escuela? “Compañeros de banca”, responde Juan Carlos Cassinelli. Desde los 5 años, durante una década, compartieron aulas en el San José La Salle y luego coincidieron en la dirigencia estudiantil de la Universidad Católica de Guayaquil: el mandatario desde Economía y el asambleísta, desde Derecho. El miércoles, horas antes de viajar a Miami para unas vacaciones de cuatro días, el nuevo primer vicepresidente del Legislativo tiene una entrevista con este Diario.

Usted gana la primera vicepresidencia el 11 de agosto, pero de manera apretada, con 63 votos de 124, y en medio de cuestionamientos por los llamados “acuerdos” con quienes no lo habían respaldado en la fallida elección del 31 de julio. ¿Qué sabor le deja un triunfo así?
El que deja un triunfo legítimo. El hecho de que hayamos regresado (a la elección del 11 de agosto) con una plataforma de acuerdos, totalmente legítimos y patrióticos por la forma en que se desarrollaron, hace que tenga una enorme satisfacción... Lo que ocurrió el 31, creo yo, fue que faltó ajustar algunos acuerdos legislativos.

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Ustedes hablan de acuerdos, pero cuando se trata de la llamada partidocracia le dicen “troncha”, “amarre”, “reparto”. ¿No hay un doble discurso?
Son acuerdos distintos. No se reparten ministerios, cargos o prebendas de poder. ¿Cuáles son los acuerdos legítimos? Uno. Nos reunimos entre asambleístas y decimos: “Estas son las leyes que se van a construir, estamos dispuestos a hacer una gran apertura, lleguemos a acuerdos legislativos”. Dos. Vamos a tratar el tema de las comisiones legislativas: “¿Le interesa una vicepresidencia? A nosotros nos interesa una mayoría en esta otra”.

¿Por qué solo habla del ámbito legislativo, cuando, en realidad, los acuerdos van más allá?
Dígame usted cuáles.

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Pero si ustedes los han comentado. Virgilio Hernández, por ejemplo, dijo que el acuerdo con Fernando Vélez, que entonces era de Sociedad Patriótica (SP), incluía designar a Eunice Arce, su esposa, como nueva vicealcaldesa de Santo Domingo.
Creo que, de alguna manera, se saca de contexto lo que Virgilio quiso expresar.

Arce contó que la alcaldesa de PAIS la llamó para decirle que sería nombrada. Los votos para ella, que no era de un grupo afín, sino de SP, vinieron de PAIS.
En esos días estuvimos eligiendo todas las vicealcaldías del país, más de 200.

¿Y eso también entró en la negociación?
No es tanto que entró en la negociación. Lo que quiero evidenciar es que el tema de las vicealcaldías no pasa por una coyuntura de la Asamblea.

El propio Rafael Correa, al defender estos acuerdos, dijo que era legítimo que asambleístas le pidan recursos para sus provincias. ¿Pero no se le cuestionaba aquello a la partidocracia?
No es correcto, porque además es ilegal, que los asambleístas hagan gestión o cualquier otro tipo de tráfico de influencias. Estoy seguro de que el presidente hace referencia a que cualquier asambleísta puede buscar acuerdos, pero en las funciones que desempeña. Si se le entiende algo distinto, es posible por una equivocación de expresión.

¿Y le parece ético que un presidente telefonee a asambleístas de la oposición, como asegura Alfredo Ortiz?
No veo nada de malo en que el primer ciudadano del país, el presidente, llame a cualquier persona. No hay una ilegalidad.

¿Cómo se entiende que cuestionen a la partidocracia y llamen a Ortiz, que militó por años en el PSC, o que busquen votos del PRE? Estos asambleístas no recibían las críticas del oficialismo cuando lo apoyaban como parte del bloque ADE. ¿”Buenos” cuando están con nosotros, “malos” cuando se van?
No es que ahora que están en la oposición son malos, pero la pregunta que debe hacérsele al asambleísta Ortiz es por qué, cuando le interesa, está a favor y por qué, cuando no, es un detractor terrible. Analice su votación: viene en una, vota en blanco en otra, vota en contra por acá, no va a las sesiones o manda al alterno. Si yo no voy, yo digo: “No voy por esto”. No es que no voy porque me voy a rescatar mi barco en Galápagos. Primero está la responsabilidad.

Justamente, si tanto cuestionan a este tipo de asambleístas, ¿por qué los buscan?
Porque la apertura debe ser permanente. Esos son los asambleístas elegidos por el pueblo. Tenemos que hablar entre los 124. Tenemos que ir a los diálogos y buscar acuerdos. Fíjese la mala experiencia con César Rodríguez.

Pero a Rodríguez, después de casi cinco años, recién le cuestionan su pasado político por haber sido alterno de Fabián Alarcón. Cuando estaba con ustedes eso no les molestaba.
Cuando alguien de adentro le hace daño, busca la justificación. Quiero conocer su pasado para darme cuenta por qué esto se da, porque a mí no se me ocurre estar hablando hoy con esos sectores de la oposición con la misma naturalidad que ayer defendía, con vehemencia, un proyecto político.

Pero en la mayoría oficial, la llamada Plataforma por la soberanía, justicia y dignidad, la partidocracia es pieza importante.
La partidocracia no es otra cosa que los partidos políticos tradicionales. No son las personas. En PAIS hay gente que perteneció a partidos. Yo no soy de esos. La partidocracia no está en la Plataforma. ¿Quiénes están? Los socialistas, PAIS y aliados, básicamente de los movimientos que se aliaron con PAIS en las elecciones de prefectos y alcaldes...

En esa lista omite a algunos. ¿Dónde deja a los que llegaron con Sociedad Patriótica o el PSC, que hoy votan con PAIS?
No se me escapan. Yo lo que digo es: ¿Significa que esos partidos han venido a la plataforma? No. Estos asambleístas han tomado esas decisiones con convicción. Son valientes. Son patrióticos.

¿También asambleístas como Rocío Valarezo, propuesta por ustedes para la segunda vicepresidencia, que antes fue consejera del PSC y del PRE?
Si usted va por esa genealogía política, le insisto que PAIS es un movimiento que surge de la suma de mucha gente que viene de distintos sectores. No vamos a hacer la lista de la gente de PAIS que pudiera venir de partidos políticos.

¿Y dónde queda aquella práctica, cuestionada en el pasado por ustedes, que se conoce como el “camisetazo”?
No hay camisetazos. La gente se está sumando en función de un proyecto. PAIS puede tener muchas deficiencias, pero una de sus fortalezas es que tiene una consistencia ideológica fuerte.

¿También hay consistencia ideológica con quienes llegaron a la Asamblea con SP y el PSC, como Guillermina Cruz, Gioconda Saltos o Scheznarda Fernández?
¡Pero cómo no va a existir! La afinidad ideológica jamás es exacta, pero PAIS concentra, a mi criterio, posiciones que van desde la social democracia hasta la extrema izquierda.

Usted completó 63 votos porque, con la inasistencia de Washington Cruz, antes de PAIS, asumió Eduardo Paredes.
Yo soy el voto 63. Cualquier persona es el voto 63. Cómo no va a ser el voto 63 el de Eduardo Paredes, militante de PAIS, que llega como alterno de un asambleísta que no va y de quien yo pedí, en su momento, su separación de PAIS. No va el señor Cruz, ojo, una vez más.

¿Y fue una coincidencia?
Eso se lo dejo a su opinión.

Usted, como dijo, pedía la salida de Cruz. ¿Ahora piensa igual?
Ese es un tema que se procesa internamente.

Pero ha sido un tema público. Incluso Correa pidió la revocatoria de Cruz en un enlace.
Si hubiese algo que discutir en torno a él o a cualquier otro compañero del bloque, lo discutiremos internamente.

Perfil: Juan C. Cassinelli Cali
FECHA DE NACIMIENTO
Agosto 4 de 1963.

FORMACIÓN
Doctor en Jurisprudencia de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil.

TRAYECTORIA
Asambleísta de PAIS desde el 2009; exjefe político de Guayaquil desde enero del 2007; abogado en libre ejercicio; expresidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica y la Aso. de Estudiantes de Derecho.