AP
México.- Daddy Yankee no está dispuesto a ser otra cosa que el líder. Desde que lanzó el tema Gasolina en el 2004, su nombre y su música se escucharon en los rincones más disímiles del mundo. No había que entender lo que decía, la gente simplemente quedaba seducida por el contagioso ritmo de su reggaetón.
Desde entonces ha vendido más de 8 millones de discos y acaparado reconocimientos como un Latin Grammy, un MTV Latino y varios Premios Lo Nuestro.
Su disco Barrio Fino es uno de lo más vendidos en la década, según la revista Billboard, y la cadena CNN lo nombró como una de las personalidades latinas más influyentes en el mundo.
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Ahora, luego de casi tres años desde que lanzó El cartel III: The Big Boss, el cantante puertorriqueño regresa con un material ecléctico titulado Mundial, en que ha mezclado toda clase de ritmos de diferentes regiones con reggaetón y con el que espera consolidarse como el rey máximo de un género que contra todo pronóstico continúa creciendo.
El nombre lo dice todo: Mundial. Hay mucha versatilidad de estilos. El concepto del álbum fue fusionar música del mundo entero con la urbana. De eso se trata el álbum, resumió el artista, de 33 años.
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"Empecé con lo más sencillo: la raíz, que es el Caribe... y dije: ¿Qué elementos, qué música tenemos en el Caribe? Pues tenemos de República Dominicana lo que es el mambo, el (merengue) ripiao. Luego me moví a nuestros hermanos que están cerquita en Jamaica... a las Antillas Menores donde está la soca", relata.
Todo eso lo incorporó junto con un poco de hip hop, electrónica, vallenato y batucada. El resultado son 13 temas, uno de ellos junto a su compatriota Tito El Bambino.
"Fue un gran reto porque la v
isión que yo tuve del álbum fue eso mismo, la gran pregunta: ¿Cómo puedo fusionar toda la música del mundo entero con mi estilo?... Fueron muchos los inventos y es lo bueno que te ofrece la música que te da para inventar muchas cosas", dijo con orgullo.
Las letras las hizo según el método que más resultado le ha dado hasta el momento: la improvisación.
Daddy Yankee, cuyo verdadero nombre es Ramón Ayala, dice que se mete en una cabina dentro del estudio de grabación y empieza a soltar versos al igual que hizo en sus inicios con el rap underground y como lo hacen los trovadores de la montaña en su país.
Esa inspiración no se ve afectada por la presión de tener que superarse con cada nuevo material, afirmó.
Pero la música y, sus recientes estudios con especialización en teclados, no son lo único que consume su tiempo.
Daddy Yankee acaba de grabar cinco capítulos de la telenovela estadounidense The Bold and The Beautiful, en la que aparece como el líder de la fiesta en una oportunidad que dice simplemente le llegó.
"Me dejaron ser yo, no es que estoy interpretando a otra persona", dijo.
El cantante, que ya tiene entre sus créditos la película Talento de barrio, parcialmente autobiográfica, asegura que aún no es un experto en términos de actuación.
Dijo que está buscando ampliar el trabajo con su fundación Corazón Guerrero en la República Dominicana, reclutando más voluntarios para el comedor público que dirige la institución y recaudando más fondos para eventualmente hacer una escuela y dotarla de facilidades deportivas.
Además de lanzar varios perfumes, producir la serie 'Tunéame la máquina' -una versión latina del programa de realidad simulada en que se reconstruyen vehículos destartalados- y continuar con sus negocios, Daddy Yankee se reconcilió con el cantante Don Omar y grabaron juntos.