En nuestra columna del 25 de diciembre del 2009 habíamos comentado sobre el lucro cesante (de 15 millones de dólares) perdidos por la inversión de 1.250 millones de dólares del IESS en bonos del Estado, con rendimientos del 6 y 6,25% frente al 7,5% que el Gobierno le pagó a los chinos pocos meses después.
Hace pocos días, los ministros de la Izquierda Democrática en el gobierno Correa, de Coordinación de la Política Económica, Diego Borja, y el presidente del Consejo Directivo del IESS (con rango de ministro), Ramiro González, hacían alarde de la “extraordinaria" inversión realizada por el IESS en el campo petrolero Pañacocha por 165 millones de dólares, con un rendimiento del 5% a siete años plazo y uno de gracia. ¿Y a quién consultó el Consejo Directivo del IESS para dar años de gracia?; ¿a quiénes rinden cuentas estos señores de sus pésimas inversiones?; ¿acaso el Gobierno y el actual Consejo Directivo han convertido al IESS en organismo multilateral?; ¿de cuándo acá el IESS debe otorgar gracias, regalías o prebendas con plata ajena?
No solo que el 5% de rendimiento anual es irrisorio para una inversión de tipo petrolera, sino que constituye un nuevo perjuicio para afiliados, jubilados y pensionistas del IESS, al contrario de lo que afirman falsamente estos señores.
De la emisión de bonos por 1.500 millones de dólares que el Estado hizo a finales del 2008 y principios del 2009 (de los cuales el IESS compró 1.250 millones), aún faltan por colocarse 250 millones con rendimientos fijos que fluctúan entre el 6 y el 6,75% a 4 o 5 años plazo y sin años de gracia (según información del Banco Central al 10 de febrero del 2010). ¿Acaso no era más sensato terminar de comprar esos bonos con rendimientos superiores y una igual relativa seguridad?; ¿por qué el millón seiscientos mil afiliados al IESS debemos seguir subsidiando al Estado?
Para un inversionista extranjero, el costo de oportunidad de no invertir sus recursos lo constituye el porcentaje de rendimiento de los bonos del tesoro de Estados Unidos; para el IESS en el Ecuador lo constituye el porcentaje de los bonos del Estado ecuatoriano, que como queda dicho está en el orden del 6 al 6,75% y sin años de gracia, por lo tanto, no puede invertir por debajo de ese porcentaje porque estaría perdiendo; y en efecto, ha perdido más de 28 millones de dólares con la cacareada inversión petrolera. ¿Quién responde por eso?
Como si esto fuera poco, el sistema financiero privado viene reconociendo tasas pasivas del 5,16% de rendimiento y sin años de gracia. Pero también hay rendimientos en depósitos a plazo que superan el 7%. Mientras tanto, a los afiliados y jubilados se les cobra del 8 al 11% en créditos quirografarios e hipotecarios.
No está demás indicar que no es que estamos en contra que el IESS invierta, pero las condiciones en que se lo ha hecho dejan mucho que desear. Acaso los ministros de la Izquierda Democrática en el gobierno Correa pudieran contestar: ¿Por qué empresas como Ivanhoe y otras sí obtienen considerables ventajas en sus inversiones con el Estado en la misma actividad petrolera y el IESS no puede? ¿Qué es lo que realmente está pasando?