Cuando Sandra Vinces, Miss Ecuador 2009, se encontraba en Ambato en 1996, donde vivió un fuerte temblor, la nueva reina que en ese entonces tenía cinco años no se inmutó.
Después del movimiento telúrico se colocó un vestido blanco de vuelos, se pintó los labios y se sentó.
Publicidad
Cuando su madre la encontró, Sandra le señaló que si le tocaba morir quería hacerlo como una princesa. “Le dije que quería morir guapa”, comenta.
Y esa tranquilidad con que afrontó el fenómeno que alteraría a cualquiera, la demostró la noche del viernes pasado cuando cerca de la media noche mencionaron su nombre como la nueva Miss Ecuador 2009, para que represente al país en el certamen Miss Universo.
Publicidad
Ella se quedó quieta junto al tumulto que se armó en torno a la coronación de la representante de la provincia de Esmeraldas, Gabriela Ulloa, quien quedó primera finalista y representará al país en el Miss Mundo. La escena llegó incluso a confundir a algunos fotógrafos, quiénes pensaron que la ganadora era Ulloa.
Pero la confusión fue momentánea. La chica de 1,78 m de estatura y ojos almendrados, que luego empezó a modelar con serenidad y seguridad mientras saludaba al público, había sido la ganadora.
Así demostró su experiencia como modelo, una de las actividades que realiza Vinces, y que la llevó a representar al Ecuador en China en el evento Miss Model of the World en el que quedó finalista entre 64 candidatas en el 2008.
Ahora a sus 18 años recibió la corona y el pase al Miss Universo. Su objetivo, como ella mismo cuenta, es convertirse en “la primera Miss Universo ecuatoriana y manabita”, según recalca con una tonalidad suave y clara en su voz.
La tranquilidad es un atributo innato en Sandra, de cabellera castaña y semiondulada.
Esta cualidad fue una de las que mostró durante sus primeras sesiones fotográficas que le hicieron durante la mañana del sábado pasado en su habitación del hotel Oro Verde, ubicado al sur de Manta.
Afirma que sus estudios musicales le han dado esa serenidad. Además de ser modelo, Sandra también estudia el segundo año de Pedagogía Musical en la Universidad Técnica de Manabí (UTM) bajo la modalidad semipresencial.
Incluso grabó un disco y es cantante y compositora. Consiguió su primer sueldo cuando tenía diez años y laboró en el coro de la UTM, donde estudiaba su madre.
“Formaba parte del coro y era jefa de cuerda, tenía que darle las indicaciones a las personas del grupo que eran mayores a mí”, cuenta.
Codearse con personas adultas convirtió a Vinces en “una niña grande” como ella mismo lo expresa.
Más allá de convertirse en la nueva reina de los ecuatorianos, Sandra asevera que desde niña le encantaba sentirse linda y femenina. “Siempre me gustó cuidar mi forma de hablar”, explica, algo que quedó claro la noche del certamen cuando respondió las dos preguntas que le hicieron sin titubeos o nerviosismo.
El baile es otra de sus pasiones. Lideró por ejemplo al grupo de bastoneras del colegio Uruguay, donde se graduó en febrero del año pasado.
El próximo 24 de mayo cumplirá 19 años. “Soy bien patriota”, comenta entre risas refiriéndose a que nació el día en que el país consiguió independizarse de España.
Vinces considera que su vida dará un vuelco. Y la mañana de ayer ya era notorio ese cambio cuando todas las miradas la apuntaban.
En su primer día como Miss Ecuador 2009, Sandra participó de una caravana en su natal Portoviejo. Allí saludó a sus coterráneos, quienes recibieron con efusividad a la primera portovejense que obtiene la corona en el certamen más importante del país.