La también guionista encarna a Yuli en la telenovela El garañón del millón, de TC Televisión.
“Siempre me han contratado para hacer comedia, pero los actores que no somos improvisados y hemos estudiado podemos interpretar cualquier personaje pues conocemos la profesión, los géneros, tramas e hilos conductores”, dice la actriz guayaquileña Sandra Pareja, quien tiene 41 años de edad y 25 de carrera en teatro y TV.
Pareja integra los staffs de ‘La escuelita’, scketch del programa de farándula ‘Vamos con todo’ que transmite RTS, y de la telenovela El garañón del millón, de TC Televisión.
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En esta última producción encarna a Yuli Bajaña, una empleada doméstica que junto con Pericles, el chofer de la trama (interpretado por el cantante Aladino), dan el toque humorístico a la historia. Ellos, comenta la actriz, se ganan la confianza de la familia Torres, propietarios de una corporación de modas.
“Soy una empleada fashion, me visto con buena ropa, claro, porque me la da mi patrona Renata; me alimento bien, mis amigos son de la alta sociedad y hasta sueño con mi príncipe azúl ricachón y bien guapo”, relata Pareja con los gestos característicos de su personaje.
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Para este papel fue contratada por Fernando Villarroel, su amigo, ex compañero en el teatro y ahora director de la producción nacional.
“A él lo conocí en el grupo La Mueca cuando hacíamos la comedia de teatro y TV Súbete a mi taxi. Primero fue mi alumno y luego mi compañero de reparto. De allí integró el elenco del desaparecido espacio ‘Ni en vivo ni en directo’”.
La actriz admite que muchos la conocen por su participación, como la Virola, en la serie Mis adorables entenados (de Ecuavisa). “Aunque no me gusta que me encasillen”.
Ella, quien estudió cinco años de Arte Dramático en la Universidad Nacional de Cuyo (Mendoza, Argentina), atribuye los éxitos que ha cosechado a su constante sacrificio y la autovaloración que se da como artista. “No regalo mi trabajo. Siempre entrego calidad, puntualidad y predisposición y espero recibir lo mismo”.
Agrega que haber sido parte del grupo guayaquileño El Juglar (a fines de la década de los setenta) también la ayudó en su formación actoral.
Por ello considera que las tablas del teatro son su vida. Todos los fines de semana participa en los montajes que realiza el grupo La Mueca en el Teatro del Ángel. Una de las más recientes es Ovarios, aún en cartelera.
Su hija de 5 años, Mila Ballesteros, fruto de su matrimonio con Jorge Ballesteros, es su fans más fiel. “Actúa desde los 3. Ha participado en varias obras de teatro infantiles y dice que quiere ser como su madre de grande”, indica Pareja y añade que dar clases de actuación para niños y adultos y escribir obras de teatro la apasionan. Su meta más próxima es abrir una sala de teatro a la que llamará La Piedad. “Es en honor a mi madre, que siempre me ha ayudado”.