Llega al mismo hotel Beverly Hilton donde Arnold Schwarzenegger había festejado su victoria como el reelecto gobernador de California. “Así es Hollywood”, comenta entre sonrisas Will, muy bien acompañado por su esposa Jada y su hijo Jaden. Y aunque los deje por apenas media hora por ceder una exclusiva entrevista, tampoco sorprende verlo en familia. Es más: en la cinta, The Pursuit of Happyness, Will aparece por primera vez en la pantalla con su hijo Jaden, quien debuta como actor.Jugando entre ficción y su propia realidad, más allá de mostrar su verdadero hijo también en la película, Will Smith tiene otros puntos en común con la historia, por haber vivido el divorcio y la bancarrota en primera persona, igual que su personaje. ¿La gran diferencia? La fama parece que ayuda.<strong>Pregunta: </strong>En uno de los tantos dramas que sufre en la película Chris Gardner, va a la cárcel por no haber pagado tantas multas de tránsito. Supongo que también en la realidad a usted lo habrá parado la policía por alguna multa. ¿En su caso lo perdonan por ser famoso?<br /><strong>Respuesta: </strong>Oh, sí. Cuando me paran, simplemente sonrío. Es interesante porque mis personajes en general respetan siempre la ley y automáticamente la mente de la gente asocia que yo también respeto siempre las leyes y por eso los policías me dejan ir, no me quieren hacer ninguna multa.<strong>P: </strong>¿Es verdad que también usted vivió un periodo en completa bancarrota, como su personaje en la película? <br /><strong>R: </strong>Hay una gran diferencia con la película. Yo había quedado en la bancarrota después de haber logrado una fortuna cuando tenía 17, 18 y 19 años. Pero perdí cuando el gobierno me lo embargó todo.<strong>P: </strong>¿Por qué? <br /><strong>R: </strong>Me había olvidado de pagar mis impuestos. Los iba a pagar, pero me olvidé. Y ellos decidieron que me había olvidado durante demasiado tiempo (se ríe). Pero yo estaba solo, era un adolescente y vivía por las mías. No puedo imaginar algo así, con una familia (como en la película), con un hijo a quien cuidar. Cuando estás solo, cualquiera se atreve a montarse en una bicicleta y recorrer Europa sin un centavo. Pero cuando hay una responsabilidad con chicos, cambia todo.<strong>P: </strong>¿El papel de padre es el más difícil que le haya tocado interpretar en la vida real? <br /><strong>R: </strong>(Vuelve a reír). El papel de esposo es mucho más difícil que el de padre.<strong>P: </strong>¿Cómo mantiene el balance entre un padre normal y el papá famoso Will Smith? <br /><strong>R: </strong>Con la película The Pursuit of Happyness fue perfecto porque me tocó ser padre mientras estaba trabajando. No hay nada que pueda superar el hecho de tener a mi hijo en mi propio trabajo. Enviamos a nuestros hijos a la escuela para ser educados pero hay una gran parte que uno quiere que sepan lo que uno sabe y nadie más puede enseñarlo mejor. Y el tiempo que trabajamos juntos fue muy valioso como padre e hijo, pero también me sirvió para mostrarle aquellas ideas en las que yo creo, aunque no las vaya a utilizar después. Filmamos 71 días y él trabajó 69.<strong>P: </strong>El otro día pasaron por televisión de cable, en Nickelodeon, uno de los viejos capítulos de Fresh Prince of Bel Air, donde justo le había tocado un beso apasionado con su actual esposa Jada Pinkett, cuando recién eran novios solamente en la ficción. ¿Sus hijos también lo vieron? ¿Qué opinan ellos cuando ven a papá y mamá juntos también en TV?<br /><strong>R: </strong>Es gracioso porque Jaden tiene 8 años y Fresh Prince estuvo fuera del aire durante diez años, así que recién ahora empezó a ver el show. Yo tengo películas de las que él ni siquiera tiene idea, como Día de la Independencia y Hombres de Negro. Recién ahora empieza a contemplar mi carrera. No creo que sepa lo que pasaba conmigo y Jada en aquel entonces.<strong>P: </strong>¿Le gusta que su hijo tenga fama propia como actor? <br /><strong>R: </strong>El otro día fuimos al programa de Oprah Winfrey y tuve una reacción muy pero muy extraña. El público había visto la película y le encantó. Cuando salió mi hijo Jaden lo recibieron con una ovación, de pie. Me impresionó porque no había sido por ser mi hijo, sino porque legítimamente se habían conectado con su interpretación en la película, completamente separado de mi fama.<strong>P: </strong>En la película comenta que la felicidad puede perseguirse sin conseguirla nunca, tal cual como sugiere el título. ¿Cuánto tiempo le tomó conseguir su propia felicidad personal?<br /><strong>R: </strong>Yo nunca he sido infeliz. He tenido algunos cortos momentos en mi vida donde las cosas no iban en la forma que yo quería que fueran, pero...<strong>P: </strong>¿A qué momento se refiere? <br /><strong>R: </strong>A mi divorcio. Voy a ver si puedo definir rápido mi teoría sobre la felicidad. Yo creo que adentro de todos nosotros guardamos un marcador especial, alguien que mantiene el puntaje de todo aquello que observamos en la vida. Si caminas un día por la calle y ves que un viejo le escupe en la cara a un hombre, al ver que él reacciona pegándole como nunca al viejo, de pronto piensas que el anciano no se merecía semejante paliza porque tenía 90 años. Y cuando tu marcador te pide un puntaje del 1 al 10 le das un 2. Y el 2 queda marcado y nunca se puede cambiar porque es tu puntaje, es el puntaje que tú mismo le habías dado. Una semana más tarde pasa lo mismo y otro joven reacciona diciéndole al viejo que algo muy malo debe haberle pasado en su vida para reaccionar así y se va deseándole una vida mejor. Cuando llega el momento de darle un puntaje le das un perfecto 10. Y tu marcador lo graba como un perfecto 10 que nunca vas a poder cambiar. Después, un día te toca ser aquel que camina por la calle cuando un anciano te escupe en la cara, pero reaccionas noqueándolo en el piso y diciéndole que podrías matarlo pero que dé gracias que no lo vas a hacer. Sin preguntarte, tu marcador anota un 4. ¿Sí? Y mientras te vas, te pones a discutir con tu marcador diciéndole que no es un 4, que es un 8 porque aquel viejo te había escupido en la cara. Y el marcador te recuerda los dos primeros puntajes del 10 y el 2, justificando tu comportamiento como un 4. Y te enojas muchísimo con tu marcador, insistiendo que te mereces un 8 en vez de un 4. ¿Ves? Cuando existe una discrepancia entre tu marcador es lo que yo llamo infelicidad. Si no te comportas en la forma que tú mismo respetas, cuando te levantas por la mañana cuando has hecho algo que tú mismo no respetas, eso es infelicidad.<strong>P: </strong>¿En el momento que le tocó interpretar el drama de un divorcio revivió en lo personal el drama que usted mismo había vivido con su divorcio?<br /><strong>R: </strong>Absolutamente. Hay muchos aspectos en la historia que se conectan con mi vida y mis experiencias, como el dolor de mi divorcio. Pero el dolor en una situación así no tiene que ver con lo que te hace otra persona, sino por el dolor que experimentas al haber hecho algo que hubieras podido cambiar. Ese es el gran dolor con el que me relaciono tanto. Como cuando en la película, la esposa se está yendo y él no le pide que se quede. El marcador del que hablábamos le pide a gritos que le diga que no se vaya, que se lo ruegue, pero él no pudo hacerlo.<strong>P: </strong>¿Además de la actuación, su hijo sueña con alguna otra profesión cuando sea grande? <br /><strong>R: </strong>Es interesante porque no es una pregunta que planteamos en nuestra casa, “¿Qué vas a ser cuando seas grande?”. Lo que les inculcamos a nuestros hijos es que el éxito en las relaciones tienen que ver con la producción en el sentido de crear algo por un intercambio, con el significado de que yo hago algo por ti y tú haces algo por mí. Es la base de la relación individual con otra persona y la sociedad en general. Les enseñamos a nuestros hijos que hay que producir, hay que crear. Pero pensamos más en el presente que en el futuro, de lo que van a hacer dentro de diez años. Y hoy por hoy, es actor.<strong>P: </strong>Su esposa, Jada, había comentado en la época de The Matrix que querían mudarse al África. ¿En qué quedaron aquellos planes?<br /><strong>R: </strong>Me había enamorado de Sudáfrica, había tenido experiencias hermosas que quería compartir con mis hijos, aunque apenas fueran por cuatro o cinco meses. Me pareció que había magia en el lugar y quería que mi familia experimentara esa magia. De hecho habíamos encontrado una casa para mudarnos a Sudáfrica, pero justo había sido antes del 9/11 (la fecha del ataque terrorista en las Torres Gemelas de Nueva York). Y como norteamericanos sentimos que era un momento para quedarnos en casa. Es otra forma de perseguir la felicidad.