LA CANTANTE QUITEÑA PRESENTARÁ SU CD EL CANELAZO EN LA POSADA DE LAS GARZAS, EL PRÓXIMO JUEVES.
Decir que Margatita Laso presenta una propuesta de renovación de las músicas tradicionales del Ecuador ya no es una novedad. Rastros de esa intención se pueden encontrar en todos sus trabajos. Sin embargo, fue a partir de Vivir en este Carpuela que la intérprete dio forma y solidez a la propuesta.
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Luego vino Más bueno que el pan y la vía fue ensanchándose más. La noche del jueves pasado, Margarita Laso presentó su trabajo más reciente, El canelazo, en El Pobre Diablo, un nuevo sitio en Quito, que estuvo a reventar.
Es el tercer paso y probablemente el más arriesgado. Todos y cada uno de los discos de la artista quiteña representan innovaciones en arreglos, en descubrimientos tímbricos y en la densificación sonora de las músicas ecuatorianas a través del tratamiento de nuevas texturas y la búsqueda de matices.
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El canelazo no es menos que sus hermanos anteriores. Aquí, sobre la solidez y la riqueza de la sección rítmica, las cuerdas, las guitarras, la percusión afroecuatoriana y la trompeta forman un universo sonoro contundente y bello.
En el recital de presentación del disco, el grupo de Margarita Laso sonó a la perfección. Y sobre ello regalaron algunos bocados de lujo para el espectador: el violín de Tadashi Maeda, por ejemplo. O los juegos de percusión esmeraldeña de Límberg Valencia, los solos de trompeta de Lenin Palacios y los pasajes a capella de la misma Margarita.
Los primeros temas de El canelazo calentaron los espíritus del respetable tanto como la bebida que da el nombre al disco. A las 10h25 se abrió el concierto con Poncho viejo. El tono festivo se mantuvo con Manungo. El tercer tema, en cambio, fue un contundente Adiós, que Margarita explicó no se trataba de ninguna indirecta… La artista suele explicar cada uno de los temas, recuerda autores y establece significados. Es parte del trabajo integral que realiza sobre los géneros nacionales.
Arpita de mis canciones, Misa de 12 y el Achachay aguacerito dan pistas sobre la dirección del nuevo disco. Se matiza con temas de los trabajos anteriores como Ángel de luz, El aguacate y Compadre péguese un trago, que son recibidos con entusiasmo por el público que llena el local de La Floresta.
Las tres Marías, El canelazo y Las leyes del amor completan la revisión de los materiales recién editados. Entonces, la impresión se complementa: sin duda, este disco se trata del trabajo más arriesgado de Margarita Laso. Expliquémoslo: si bien en los últimos tres álbumes de Margarita Laso hay una línea de trabajo definida, existen diferencias en la intencionalidad, lo cual se refleja en la selección de los repertorios.
En Vivir en este Carpuela, Margarita se adentró en la música del Chota, pero fundamentalmente en clásicos del romanticismo mestizo. Más bueno que el pan tenía un espíritu más festivo. El canelazo recupera la dignidad de muchos temas considerados piezas clave de la música chichera. Es un paso decisivo en el proceso de renovación, lo cual quiere decir asumir entera nuestra historia musical.
Ahora establece puentes ya no solo entre épocas y generaciones, sino que su propuesta alcanza dimensiones sociales, políticas y estéticas.
Por todo eso, El canelazo es casi una proclama de conciliación nacional. Pero con el estilo de Margarita Laso: lleno de calidez, de amabilidad, sin brusquedades innecesarias y enorme belleza.
En Guayaquil, su show será este jueves (21h00) en la Posada de las Garzas.