Guillermo Ayoví tiene 74 años y compone y toca música de marimba. Visita Guayaquil.

Le compuso una salsa para la cubana Celia Cruz y un pasacalle para el esmeraldeño Nelson Estupiñán Bass. Para esos dos iconos de la cultura negra que Papá Roncón admira y siente suyos. La letra de la canción en homenaje a la Guarachera se la llevó a un amigo periodista para que se la corrigiera y este le dijo que si le ponía una coma se la dañaba y si le ponía un punto, también. Algo parecido comentó la escritora Luz Argentina Chiriboga, la viuda de Estupiñán Bass.

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Papá Roncón, que está desde el pasado viernes en Guayaquil, como uno de los invitados del festival ‘Un cerro de cuentos’, lo recuerda con alegría, porque esos dos hechos significan como aprobar una asignatura que nunca estudió. Guillermo Ayoví Erazo, como es el nombre de pila de Papá Roncón, apenas tiene segundo grado de primaria. No más. En ese entonces, cuando él era niño, la gente del campo no estudiaba. La subsistencia era lo primero. Pero la escuela de la vida le ha enseñado mucho.

Los ríos, los montes, las voces de los antiguos, los conocimientos de la gente mayor, fueron sus maestros. Y esa sabiduría popular, aquellos recuerdos de los campos esmeraldeños, donde nació y creció, es lo que Papá Roncón atesora y pone en valor ahora, para que la gente joven no lo olvide. Para que la cultura ancestral no se pierda.

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Con su marimba le canta igual a Celia Cruz y a Nelson Estupiñán Bass, que a la naturaleza, a los montes, a la lavandera, o a cualquier situación que le conmueva el alma. Porque la marimba es su señal de identidad, su memoria, “lo que los sacó a ellos (se refiere a sus antepasados) de la esclavitud”. Dice que en la infancia y juventud no conoció otro instrumento que este. Lo aprendió a tocar con los Cayapas y a bailar como lo hacían los antiguos.

A sus 74 años (nació el 10 de noviembre de 1930), jubilado luego de  recorrer algunos   trabajos y oficios, desde cargador hasta empleado del Consejo Provincial, Papá Roncón se dedica por entero a la música, a crear canciones, a tocar y a fabricar marimba, a decir décimas y también a enseñar lo que sabe, en Borbón, pueblo donde vive.

“Lo que yo sé para qué me lo voy a llevar. Lo tengo que enseñar. A mi casa llegan estudiantes y a veces me van a preguntar cosas que los profesores no saben y no tengo ningún grado académico”, señala con su voz honda y grave, con esa que canta y  cuenta  adivinanzas.

El origen
Lo de hacer música a Papá Roncón se le ocurrió hace 28 o 30 años por iniciativa de un amigo, que le dijo: ‘Oye Roncón, por qué no haces un grupo y te vas a ganar  tu platita’. Siguió el consejo y con su esposa, con quien lleva 48 años de casado, y sus hijos e hijas creó el grupo La Catanga. En la primera presentación ganó cien sucres. Ahora dice que ha llegado a obtener  2.000 y hasta 3.000 dólares por actuación.

Con La Catanga formó escuela, enseñó a tocar y bailar marimba. Asegura que algunos  de los que en la actualidad  se dedican a ello tuvieron su origen allí.
Celebra que la marimba se esté popularizando otra vez. Recuerda un concierto  en Riobamba, donde muchas chicas la bailaban.

El nombre de Papá Roncón surgió mucho antes de que este hijo de Esmeraldas se dedicara a la música. Según cuenta, cuando era muy joven, por su forma de caminar lo llamaban Roncador. Luego, el apodo degeneró en Roncón, lo que le causaba disgustos y no pocas peleas que llegaban incluso a los puños.

En aquella época la mercadería arribaba a Borbón en buque y él trabajaba de cargador de cajas. El capataz de la cuadrilla era un señor que se llamaba Luis Perlaza, a quien lo conocían como Papá Lucho. Cuando Papá Lucho murió, él lo reemplazó en el trabajo y entonces comenzaron a decirle Papá Roncón. “Ahí sí me gustó”, dice entre risas.

Con ese nombre y su música, ha recorrido varios países: Francia, Japón, Corea, Estados Unidos, Venezuela. “Sí me he dado unas vueltitas. Suerte, ¿no?”, dice.
Pocos son los que recuerdan que él se llama Guillermo Ayoví Erazo. Para todos es Papá Roncón. Sus pensamientos, sus añoranzas, los recogió en un libro otro esmeraldeño, Juan García Salazar, que publicó, el año pasado, el volumen Papá Roncón, historia de vida.

Para componer, Papá Roncón, padre de 10 hijos, todos profesionales, 14 nietos y seis u ocho biznietos (no lo recuerda bien), se inspira en los cantos tradicionales del pueblo negro. “Como yo mismo fabrico la marimba, le pongo el sonido y le pongo todo, entonces yo, acá en mi cabeza, estoy cantando y con los tacos estoy buscando y consiguiendo tonos y saco la música. Pero aparte de la música tradicional que tenemos, he creado otros sonidos con la música que hago”, explica.

Cuenta que se levanta a las cinco de la mañana, baja hasta el primer piso de su casa, se acuesta en la hamaca a mirar la marimba y allí empieza a idear canciones.
“Cada día voy puliendo los instrumentos y así como voy puliendo los instrumentos, voy puliendo la música y buscando otros sonidos, que los grabo en una grabadora pequeña”.

La música que él hace es de oído y logra conseguir los tonos de forma rápida.
“Los académicos saben leer música y escribirla. Yo no sé leerla ni escribirla, pero la sé hacer”, asegura. Por eso indica que no se le torna difícil acoplarse con músicos de conservatorios.

Una de sus aspiraciones es grabar un CD con ocho temas, en los que piensa incluir los dedicados a Cruz y  Estupiñán, pero no ha logrado  reunir  el dinero necesario ni conseguir auspicios. Por eso el proyecto está en espera. Hasta tanto, sigue componiendo, presentándose, celebrando lo que le dio la vida: “Soy negro, feo y viejo, pero me he paseado el mundo. Yo soy de una cuna bien humilde. Ahora que ya me crié y estoy viejo es que me ve con mi camisita”.

NOTAS

SE ABRE FESTIVAL

‘Un cerro de cuentos’ se inicia hoy, a las 11h00, en el MAAC Cine (Malecón 2000), con la presentación de  una función de cuentos infantiles, en la que participan Ana Padovani de Argentina y los ecuatorianos Antonella Rossi,  Raquel Rodríguez, Papá Roncón y Ángela Arboleda. La entrada cuesta $ 5. Dos personas ingresarán con un boleto.

EN MAMEY
A las 16h00, en el café Mamey (cerro Santa Ana, escalón 210), estará Papá Roncón. Tocará marimba y dirá décimas y cuentos tradicionales de Esmeraldas. La entrada a este espectáculo es gratuita.

EN CAFÉ DEL CERRO
A las 17h30, Raymundo Zambrano, quien personifica a Don Pascual,  contará  cuentos tradicionales de Manabí en el Café del Cerro, escalón 122. Entrada gratuita.

CAFÉ QUIMBITA
Ana Padovani dirá cuentos tradicionales de Argentina   a las 18h30, en Café Quimbita, escalón 27. Entrada gratuita.

EN EL MAAC
A las 20h00, en el MAAC Cine se presentará el espectáculo ‘Cuentos de humor y amor’, con Ana Padovani, Papá Roncón, Raymundo Zambrano y Ángela Arboleda. La entrada cuesta $ 5.