Calificada como "la rebelión de las canas", la huelga de hambre que por segundo día llevan adelante más medio centenar de jubilados en Ecuador derramó hoy llanto y sangre de varios ancianos que exigen el aumento de sus pensiones.
 
La medida de presión forma parte de un conjunto de acciones emprendidas por los gremios de jubilados desde hace seis semanas y que ha incluido la ocupación de varios edificios del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en algunas ciudades del país.
 
Una treintena de jubilados en Quito, otros 15 en Guayaquil y una decena en Cuenca llevan a cabo un "ayuno voluntario" en las calles aledañas a los edificios del IESS en cada una de esas ciudades.