Un abogado treintañero se encuentra en una conferencia junto con algunos de sus colegas. De pronto siente la urgente necesidad de abandonar la reunión y simplemente lo hace. Se dirige al aeropuerto y tras pasar casi desnudo por un detector de metales –que sonó una y otra vez dando a entender a los guardias de seguridad que llevaba algo oculto–, llega a su casa, ubicada en una ciudad cercana al lugar donde se encontraba.