El mismo nombre, la misma causa, el mismo escenario y casi los mismos protagonistas de hace siete años. El concierto Todas las voces, todas, que se realizará en Quito el 13, 14 y 15 de noviembre próximos, se anuncia como la segunda versión del que se realizó en junio de 1996 para recaudar fondos a favor de la construcción de la Capilla del Hombre, proyecto del fallecido maestro Oswaldo Guayasamín, un fuerte argumento con el que los organizadores esperan una respuesta positiva del público.

Cierto, pero en siete años ocurren cosas, las sensibilidades cambian, los proyectos se cuestionan, las personas mueren, los gobiernos caen, las figuras se afianzan pero también se desdibujan. Es decir, existen muchos elementos para poner en balanza ya que son los que finalmente determinarán la acogida que logre este espectáculo en el público.

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Para comenzar, esta vez ya no habrá la presencia física del pintor (muerto en 1999) cuya figura aglutinaba apoyos por sí misma, pero en contrapartida la Capilla del Hombre ya no es un proyecto como entonces, sino que está en marcha.

Hace dos años apareció el libro Una luz sin sombras, de Luce Deperon, ex esposa de Guayasamín, en el que narra vivencias desagradables de su vida junto al artista. Eso no ha impedido que se sigan haciendo exposiciones con su obra y que su proyecto reciba nuevos apoyos. También está de por medio la disputa legal entre los herederos (los Guayasamín-Monteverde contra los Guayasamín-Deperon) por la herencia, lo que llevó a personalidades del arte, y hasta la política, a tomar posiciones.

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Pese a todo, el coordinador del concierto, el concejal capitalino Alfredo Vera (ID), es optimista y dice que ninguno de estos episodios afectará al espectáculo.

Propuesta musical
Nos queda, mientras tanto, volcar la atención hacia la propuesta musical, cuyo mayor componente es la canción social (12 de los 28 intérpretes se identifican con este género de larga tradición en América Latina) aunque esta vez también se incorporan exponentes de la música nacional, rock, tradicional cubana, boleros y humor, cuya presencia obedece a la voluntad de diversificar las voces y a la voluntad de colaboración de los artistas.

Este género surgió en América Latina en 1970, ligado principalmente a los movimientos de izquierda y tuvo su mejor época hasta 1980, cuando la caída de los regímenes socialistas lo debilitaron políticamente.

Pero eso no significa que no tenga vigencia. El comunicador y estudioso de la canción social, Hernán Peralta, opina que la canción social, pese a todo, mantiene una voz crítica respecto a un sistema todavía injusto y excluyente. En ese sentido –dice Peralta– muchos de los exponentes de este género son continuadores de esas voces anteriores, aunque las estéticas hayan cambiado, en unos casos más que en otros.

En efecto, ya no se le canta a la toma del poder por parte de los obreros, pero sí a la libertad, a la paz y al amor, cuya defensa también es un acto político. Quienes hacen canción social ahora ya no están vinculados de manera orgánica a grupos políticos. En ese sentido, se debe esperar de ellos menos consigna y más arte.

En el concierto de 1996 hubo una considerable asistencia de jóvenes deseosos de encontrar sentido a la canción social, pese a que vivíamos una época relativamente más tranquila (no teníamos el Plan Colombia, ni la guerra en Iraq, ni habían caído las torres gemelas de Nueva York).

Ahora, con toda esa carga política encima ¿logrará la canción social, desde la estética de los Pieros, Giecos, Pueblos Nuevos, Quilapayunes, Heredias, Isellas... ofrecer una respuesta convincente a una generación ávida de que le cuenten dónde andan por estos tiempos la utopía de la justicia y la libertad?

MÚSICA

ASISTENCIA
Han confirmado su asistencia 28 artistas y grupos (16 extranjeros y 12 ecuatorianos), que suman alrededor de 130 personas, incluidos técnicos y representantes. Un número mayor que el de 1996, cuando actuaron 18 artistas y grupos.

LEÓN GIECO
El último en confirmar fue León Gieco, quien tuvo que aplazar compromisos adquiridos anteriormente en otros países para poder viajar a Quito.

JORNADAS MUSICALES
Las presentaciones de los artistas en los tres días de concierto serán en el coliseo Rumiñahui a partir de las 19h00.

ENTRADAS
El precio unitario de las entradas es de $ 10 general, $ 20 preferencia, $ 30 butaca, $ 40 sillas y $ 60 VIP. También se pueden adquirir abonos, cuyo precio, en el mismo orden, es de 27, 54, 81, 108 y 162 dólares.

APOYO
Todos los artistas actúan de manera gratuita en apoyo de la Fundación Guayasamín, que cuenta, además, con el aporte de instituciones estatales y privadas.

EN CD Y DVD
Como en la ocasión anterior, se ha previsto grabar el show en CD y en DVD para su comercialización posterior.