Ni su adelantada muerte impidió que la obra de César Dávila Andrade calara hondo en la literatura nacional y extranjera. Tanto su poesía, sus novelas cortas, sus cuentos, sus ensayos, así como los numerosos artículos periodísticos que escribió estuvieron siempre rodeados de un misticismo, un misticismo que lo acompañó hasta el día en que decidió poner fin a su existencia, en 1967.