Uno de los mayores placeres para quienes crecimos en los años 80 y 90 era llegar a casa de la escuela o el colegio. Y mientras las madres preparaban los alimentos, que luego nos serviríamos, uno podía encender la televisión y sintonizar Ecuavisa. De inmediato aparecía en pantalla un ser que se había convertido en parte de la familia, era infaltable a la hora del almuerzo, era Bernard Fougères, quien falleció la noche del sábado a los 84 años de edad.