Aunque la muerte lo alcanzó, el cáncer no le ganó la batalla. El cáncer de huesos que padecía jamás amilanó sus deseos de seguir impulsando el talento de jóvenes –y también de forjados artistas– del país. Ayer falleció uno de los baluartes de las artes y la cultura guayaquileña: Juan Castro y Velásquez.

En los últimos meses, una silla de ruedas se había convertido en una de sus grandes aliadas para seguir trabajando por lo que él siempre decía que era su pasión: la cultura. En ella –cada vez que podía– se movilizaba a encuentros en los que tenía la oportunidad de verse con colegas del medio y conversar sobre nuevos proyectos artísticos para Guayaquil.

Hace poco había hablado con una de sus amigas de la infancia, la curadora de arte Sara Bermeo, sobre “hacer algo” nuevamente juntos. Ambos trabajaron, en la década de los 80, en varios proyectos del desaparecido Museo del Banco Central y luego en el Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo (MAAC). Fue él quien ayudó a conformar la colección de pintura moderna de esta última entidad.

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Justamente el año pasado, a pesar de su padecimiento, estuvo a cargo de la curaduría de una exposición dedicada al académico y naturista ecuatoriano Pedro Franco Dávila. Más allá de destacar el ‘impecable’ y ‘dedicado’ trabajo de Castro y Velásquez, Bermeo recuerda la calidad de persona y amigo que siempre fue este historiador guayaquileño, que este 2018 habría cumplido 71 años.

La curadora del MAAC comenta que el amor que el crítico de arte sentía por todo lo que engloba la cultura lo llevó a emprender grandes proyectos en favor de artistas emergentes. Entre los que destaca la creación de la Sociedad Fondo Jóvenes Talentos, que impulsa la formación en el extranjero de noveles músicos locales.

Junto con Patricia Isaías de Estrada y Silvia Smith, Castro y Velásquez fundó hace once años esta sociedad. Isaías define a esta experiencia con su amigo como una gran aventura cargada de aprendizaje y sobre todo de sencillez por parte del historiador, quien siempre destacaba por su elegante forma de vestir en cada momento.

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La artista y curadora Matilde Ampuero también conoció a Castro y Velásquez en los años 80. Cuenta que en esa época él ya era un referente del arte, más aún entre los artistas jóvenes, ya que junto a grupos como La Artefactoría en esos años marcaron el surgimiento del arte contemporáneo no solo en Guayaquil, sino en el país.

Refiere que frecuentemente colaboraban en proyectos artísticos. Uno de los que más recuerda es Alta Cultura, que “era un espacio en el que él se preocupaba del cine, la música a través del MAAC Cine”. Ampuero no oculta su gran admiración por este ‘erudito’ que le dejó muchos de sus conocimientos.

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El cuerpo de Castro y Velásquez recibió velación en la sala Eternidad del IESS hasta las 23:00 de ayer. La cremación de sus restos está prevista para las 09:00 de hoy en el Cementerio Patrimonial.

Autor de varias obras
Fue autor de catálogos sobre Manuel Rendón Seminario y sobre la obra de Andrade Faini. Estaba trabajando en un libro sobre el escultor italiano Enrico Pacciani y en otro acerca del pintor español José María Roura Oxandaberro.

Agrupaciones
Fue miembro de la Academia Nacional de Historia del Ecuador.

Creo que Juan era uno de los gestores e historiadores y uno de los baluartes más importantes de la ciudad en el área cultural... Pienso que es una persona que va a dejar un espacio enorme.Matilde Ampuero, curadora de arte.

(I)

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