En lectura, el adjetivo de mejor calidad es el epíteto. Puede ser pertinente, impertinente, cromático, numeral, binario, múltiple, redundante, anfíbraco, en construcción semántica, en fin, su belleza radica en el uso que el escritor le dé dentro del texto literario basado en la premisa del poeta Vicente Huidobro que pregonaba: ‘El adjetivo cuando no crea, mata’.